sábado, 11 de febrero de 2012

FUENTES Nº 10


El virreinato del Río de la Plata
El 1º de agosto de 1776 Carlos III, rey de España, creó el Virreinato del Río de la Plata con capital en Buenos Aires en el marco de una serie de medidas destinadas a reorganizar el poder imperial. El antiguo gobernador de Buenos Aires, Pedro de Cevallos, fue nombrado virrey del Río de la Plata. El virreinato comprendía los territorios que hoy ocupan la República Oriental del Uruguay, la República del Paraguay, la República de Bolivia, la República Argentina y el Estado de Río Grande, que pertenece actualmente a la República de Brasil. La creación de este virreinato implicó un aumento de la población de Buenos Aires, la consolidación de la estructura urbana y una transformación de esta ciudad en un importante centro comercial entre las colonias y la metrópolis. A continuación, reproducimos un fragmento del libro Páginas argentinas ilustradas sobre una de las “reformas borbónicas”, que resultó clave para el desarrollo de esta región.
Fuente: Eizaguirre, José Manuel, Páginas argentinas ilustradas, Casa Editorial Maucci Hermano, 1907.
Las provincias españolas en esta parte del continente lindaron desde el primer día con las colonias que Portugal fomentaba en el Brasil. El debate primitivo sobre el mejor derecho a la conquista del Río de la Plata volvió así, en el andar del tiempo, a ser reanudado, traduciéndose en una constante lucha por la fijación de los límites territoriales.
Los portugueses invadían las tierras de las provincias argentinas, en la región de los ríos, en el interior del Paraguay y de la Audiencia de Charcas. Llegaron en uno de sus avances hasta edificar una fortaleza en la Colonia del Sacramento, en la Banda Oriental, frente a Buenos Aires, desde donde mantenían un activo comercio clandestino con los habitantes de las provincias argentinas.
Desalojados, volvieron siempre, sin que los gobernadores de Buenos Aires, dependientes del virreinato de Lima, pudieran obrar con la rapidez y los recursos necesarios.
La corona de España resolvió, en 1776, encomendar a don Pedro de Ceballos, teniente general de los Ejércitos de la monarquía, una expedición militar para contener a los portugueses y expulsarlos de los territorios que, fuera de toda discusión, pertenecían a las provincias del Río de la Plata.
Para darle mayor autoridad, el rey erigió el virreinato, con carácter de provisional, formándolo con las provincias del Río de la Plata, Paraguay, Tucumán, Mendoza, San Juan del Pico y el distrito de la Audiencia de Charcas.
La cédula real fue fechada en San Ildefonso el 1º de agosto 1776.
El virrey Ceballos, con un ejército aguerrido que trajo de España, arrojó a los portugueses de los puntos invadidos, destruyó el fuerte que habían construido en la Colonia del Sacramento, y desde Santa Catalina presentóle al rey la conveniencia de erigir definitivamente el virreinato.
El rey accedió y, por cédula de 27 de octubre de 1777, erigió definitivamente el virreinato del Río de la Plata, nombrando sucesor de Ceballos a don Juan José Vértiz.
El propósito fundamental de la corona de España era el de defender y amparar su territorio, en la desembocadura de los ríos, al Este, en el interior y al Norte, impidiendo que los portugueses continuaran sus avances en las regiones inexploradas del centro del continente.
Al virrey Ceballos le debieron las provincias del Virreinato muchos progresos en el orden administrativo, porque fue él quien propuso la creación de una Audiencia en Buenos Aires, y amplió el permiso de tránsito para las mercaderías en las provincias interiores, favoreciéndose al comercio general.
Complementando el propósito de descentralización que demostraba Ceballos, la corona de España dictó en 1782, la real orden de erección de Intendencias, por la que se dividía el territorio del Virreinato, en ocho intendencias.
BUENOS AIRES, que comprendía el obispado del mismo nombre, con Montevideo, Santa Fe, Corrientes y Misiones.
PARAGUAY, comprendiendo todo el territorio de su obispado.
TUCUMÁN, que comprendía todas las provincias del centro argentino, cada una como subdelegación.
MENDOZA, que comprendía la provincia de Cuyo, fundada por la capitanía general de Chile.
SANTA CRUZ DE LA SIERRA, con su capital en Cochabamba.
LA PAZ, con todo el distrito de su obispado, y las provincias de Lampa, Carabaya y Azángano.
LA PLATA, con el territorio del arzobispado de Charcas.
POTOSÍ, con el territorio de las provincias de Porco, Chayanta, Atacama, Lípez, Chichas y Tarija.
Por cédula real de 1783, se ordenó que los Intendentes se llamaran Gobernadores-Intendentes, y se agregaron al Virreinato las gobernaciones militares de Mojos y Chiquitos. En 1784, se creó otra Intendencia en la provincia de Callao, con su capital en la villa de Puno.
Así abarcaba el Virreinato una extensión mayor a la cuarta parte de todo el continente, con las regiones más ricas y el sistema fluvial más poderoso.
La guerra con Portugal terminó por el tratado preliminar de límites, firmado en 1777.
En el artículo 15 de ese tratado, se decía: “Para que se determinen con la mayor exactitud los límites insinuados en los artículos de este tratado y se especifiquen sin que haya la menor duda en lo futuro, se nombrarán comisario por sus majestades Católica y Fidelísima, o se dará facultad a los gobernadores de las Provincias para que ellos, o las personas que eligieren, las cuales sean de conocida probidad, inteligencia y conocimiento del país, juntándose en los parajes de la demarcación, señalen dichos puntos, otorgando los instrumentos correspondientes y formando mapa puntual de toda la frontera que se conociere”.
El virrey Ceballos, cuando acusó recibo de la cédula real que transcribía el tratado, habló de las dificultades con que se tropezaría en la demarcación, y dio su opinión en una forma que precisaba el estado de estos pueblos:
“Los parajes -decía- no solamente distan muchísimas leguas de los pocos gobiernos que puedan mirar aquellos puntos en calidad de fronteras, sino que la mayor parte de ellos no reconocen gobiernos a que puedan pertenecer y mucho menos personas de conocimiento práctico ni aun especulativo de aquellos bosques, montes, ríos y cordilleras; de suerte que, a excepción de los gobernadores de Montevideo, por lo que hace al distrito de Río Grande, los del Paraguay con respecto a los valles en que están situados los pueblos de Misiones y con alguna tal cual idea, aunque confusa, los de Chiquitos y Mojos, en pasando el Itenes, ríos de la Madera y Amazonas, no se conocen ni están erigidos gobiernos algunos españoles a la parte del 0. E. en todo el vastísimo terreno de más de mil leguas hasta el Orinoco y último término de la referida línea. (1)
Por esa ignorancia en que permanecieron todos los gobiernos y que aprovecharon los portugueses en sus invasiones, el Virreinato del Río de la Plata perdió gran parte de su primitivo territorio.
La población no estaba tampoco en armonía con la enorme extensión del país, pues en esos años, (1778) la Intendencia de Buenos Aires tenía solamente, según el censo que se levantó, 37.679 habitantes, y no era de las menos pobladas.
Se dio comienzo a la demarcación durante el gobierno del marqués de Loreto, que fue el tercer virrey.
Durante la administración del virrey Vértiz, se sublevó, en el Alto Perú, Túpac Amaru y arrastró a casi todos los indios peruanos. Vencido, sufrió un horrible castigo: los jueces le condenaron a presenciar el suplicio de todos los miembros de su familia, y después de cortarle la lengua, fue atado a cuatro potros y descuartizado.
Este acto salvaje mereció la condenación de todos los americanos.
El virrey Vértiz fue el primer funcionario de la colonia que tuvo iniciativas en el sentido del progreso moral y material de las provincias argentinas.
Extendió las fronteras y combatió contra los indígenas que habían empezado a invadir las estancias en la provincia de Buenos Aires para robar ganados.
Esas invasiones se llamaban "malones» y coincidieron en varias épocas con el aprovechamiento comercial de los productos de la ganadería que se hacía por el puerto de Buenos Aires, y también con los contratos que formalizaban los gobiernos de Chile, para comprar ganados a los indios.
Desde 1777 a 1810, el virreinato tuvo once Virreyes.
El último fue don Baltasar Hidalgo de Cisneros.
(1) - Transcripción en el alegato del Gob. de Bolivia en el juicio arbitral de fronteras con el Perú. Pág. 129 y en los anexos citados en el mismo.

FUENTES Nº 9


Carta de Domingo de Irala
Abril de 1541
[Reproducida de la Revista del Instituto Paraguayo, Año III, Agosto de 1901, N.º 30. El doctor Estanislao Zeballos la publicó en el Boletín del Instituto Geográfico Argentino, t. XIX, p. 261. En este documento se fija la fecha de la dejación de la primera ciudad de Buenos Aires y abandono de su puerto-].
LA RELACION QUE DEXO DOMINCO MINEZ DE YRALA EN BUENOS AYRES AL TPO Q. LA DESPOBLO (1541)
Archivo General de Indias, 92 5. 2/10, Pieza 10ª.
por quanto yo domingo martinez de yrala thenie de goveno por el muy magco señor Joan de ayolas governador y capitan General desta provincia del rrio de la plata por suma he determynado de llevar la gente que estavan en el puerto de buenos ayres para la juntar con la questa arriba enel paraguay conformandome enesto con lo que por pte de Alonso cabrera veedor de fundizones en esta [392] provincia me fue Reqrido/ e asy mesmo con los pareceres de la gente más principal que presente se fallo eneste puerto de buenos Ayres asy de la que comigo de arriba vyno como de la que aq'estaba por las causas y rrazons q. para ello me dieron asy de ser más seguro para la conservacion de la gente desta provincia e servo de sum é governador della queste junta como por escusar los daños en la gente q. en el dicho puerto de buenos ayres Resydia cotinuamente rrecibia de los yndios de las comarcas y ellos ally no hazer más fruto destar para dar rrazon a la gente que despaña vinyese de la parte y lugar donde podrian hallarse al governador y gente desta provincia por questo se podria hazer y dar aviso á la gente q. asy despaña vinyere como a los que de otras partes aqui aportaren, delivere de dexar señales y espturas por donde se puedan avisar para nos seguyr e hallar lo qual podran fazer guardando la Inston sigte.
Pmamente han de saber q. en el paraguay en veynte e cinco grados y un tercio esta fundado y poblado un pueblo en questaran con los que de aqui vamos al presente quatrocientos hombres al menos de paz como vasallos dsum los yndios guaranys sy quiercaryos q. biben treynta leguas alrredor de aquel puerto los quales ps. ven a los xpianos asy con sus p. sonas como con sus mugeres en todas las cosas del servycio necesaryas y an dando para el servycio de los xpianos setecientas mugeres para q. les syrvan en sus casas y en las rroças por el travajo de las quales y porque Dios ha sido servycio dello pncipalmente se tiene tanto abundancia de mas servycio q. no solo ay para la gente q. ally rreside mas para mas de otros tres mill ombres encima. Siempre que se quiere hazer alguna guerra van en nuestra companya mill yndios en sus canoas, e sy por tierra los queremos llevar llevamos los mas [393] que queremos con el ayuda de dios y con el servycio destos yndios avemos destruydo muchas generaciones de otros yndios que no han sido amigos specialmente á las agazes/ de los quales avemos avydo cantydad de plata y mucho oro que nos parece vaxo/ avemos corrido mas adentro por la tierra azia el hueste ó es norueste donde allamos tanta gente que me parece que los questamos somos poca parte para los acometer asi por ser ellos muchos como por la falta que tenemos de adrezos e munyciones/ con gualquier ayuda ó socorro que nos venga entendemos mediante la ayuda de nuestro señor gozar de tantas grandes cosas de que sum pueda ser muy bien servido y los xpianos sus vasallos muy aprovechados/ los nombres de los yndios q. enesta tierra abitan son muchos dellos/ dire los mas pncipales q. mas cerca tenemos. los pmeros se llaman mayas ques muy grand generacion y muy valyentes y pequeños de cuerpo. despues dellos son chanes y despues los carcaras/estos son los mas rricos e gente mas poderosa y que tiene mas policia y los pueblos cercados segund tenemos noticia. otros muchos ay en tanta cantydad q. seria prolixidad dezillos, todos son labradores y gente que syembra.
todos los yndios que por este rrio arriba ay q. biben en la Ribera del no son gente que siembran ny de ninguna policia son de guardarse mucho dellos especialmente al tpo del rescate porq estando avisados y los vergantines apartados de tierra algund tanto podran rrescatar con ellos y seran proveydos de pescado y de manteca e pellejos e carne ques lo q'llos tienen y pueden dar anse de guardar en todo de los guaranys de las yslas e quyrandys que son mortales enemigos nuestros.
los que quisyeren buscarnos sy fueren dos vergantynes o uno podran yr yendo siempre por el [394] rrio grande syn meterse por esteros ny contratar con nadye ecebto con los macarotaes y a de ser con muy grand rrecabdo sy tres vergantynes y dende arriba fueren podran entrar por el estero de los tymbus que empieza desde santi spiritus y rrescataran con ellos con mucho rrecabdo como dicho es, specialmente con los anundas questa arryba en el cabo del estero y con los quiloazes questan por algo nuestros amygos syendo los vergantynes eneste numero y dende arryba podran rescatar con los mepenes y con todas las otras generaciones del rrio arryba hallaran con buen Recaudo/ anse de guardar donde hallaren varrancas no los flechen los yndios especialmente enel estero de los tynbus porq alli lo an hecho otras vezes los quyrandis y an de llevar siempre en los vergantynes sus varandillas de rropa o pellejos puestas specialmente por este estero e cada que rrescataren con yndios e an de thener sus armas prestas.
pasados de los tynbus an de seguir el rrio grande çerca de la trra ques a la rribera deste rrio a la parte despaña hasta donde por la marca q. traeran en la carta del marear fallaran la voca del paraguay/ la señal q. ternan para conoscella es q. siguiendo esta costa como tengo dicho despues de aver pasado unas varranqueras de piedras e unas puntas de piedra donde ay algunas grandes corryentes q. son despues della hallaran una ysla por entre la qual y la trra firme de la parte despaña se an de metr, e sy hallaren q. la ysla tiene piedras desde ally pasando della an de atravesar al norte y daran en la voca del paraguay/ desde la voca del paraguay Arriba no ay donde herrar hasta el pueblo de los xpianos el qual esta sesenta leguas de ally en la voca del paraguay hasta el ypety ques un rryo turbyo q. entra enel biben los conamaguas e son yndios q. no nos an hecho dapño. puede Rescatar [395] con ellos con grand Recaudo. dende arryba son los agazes q. an quedado y methereses e guenies e otras gentes q' no estan nuestros amigos an de yr con muy grand avyso specialmente quando sirgaren o quando se llegaren por cerca de varrancas pa q. no los hagan mal.
Los mejores lugares e puertos q. ay donde poner las naos e para queste mas segura la gente q. qdare en ellas son el puerto de san gabriel o en un rryo questa tres legoas mas arriba en aquella costa donde se acaban las varrancas en una punta gruesa q. se dize el rrio de san joan, tiene en baja mar un yslote en la voca tiene una buena trra para sembrar especialmente un monte questa entrando enel a la man derecha, asy mesmo la ysla de martyn gra tiene a la vanda de les norueste buen sirgidor y de mucho fondo de esto podran ver lo q. mejor les paresciera para seguridad de las naos y de la gente, sy hizieren pueblo anlo de çercar de palizada por maña que no puedan quemallo de noche los enemigos e no los coman los tygres que ay muchos.
Han de sembrar desde principio de setiembre hasta en fin del sy fuere mayz e sy fuere trigo o ortalizas pueden sembrallas enel mes de mayo y Junyo e jullyo, la trra que tiene monte es mejor para mayzes.
los tiempos mas dispuestos para yr Arriba e q. contynan mas los vientos estan desde mediado março hasta mediado mayo. travajen de partyr en tiempo q. puedan llegar alla hasta mediado Jullio porque les servyra mas la vela que en otro tiempo segund lo q. avemos visto.
sy viniere poca gente q. no se atrevan a desviarse para dexar proveydo lo de las naos e yr arriba en una de las partes ya dichas hagan su asiento entiendan en sembrar para tener en abondançia las cosas neçesarias esperen ally por q. mediante [396] nuestro señor para todo el mes de abryl del año de quarenta y tres verna ally navyo para que pueda yr a españa quando no hallare rrecaudo de navyos que puedan yr y quien los guye y lleve arriba q. para entonçes entendemos mediante nuestro señor de los thener fecho e aprestado de velas y xarçias lo mejor q. podremos de lo q. ay en la trra porque para este fin se lleva toda la gente Arriba.
rrogamos y pidimos por merced a qualquier xpiano q. esta carta nuestra viere q. sy no se hallare en tiempo de poder hazer ninguna de las cosas q. arriba dezimos con q. nos socorrer y se determynare volver para spaña o para otra parte de las yndias que vuelva a poner esta como lo hallare para q. sy otro despues del vinyere nos pueda seguir y lleve consygo el traslado para q. por el pueda hazer rrelación a s. m./ o a los señores de la contratacion de las yndias de la cibdad de sevylla para que sabydo como estamos nos mande socorrer sy fuere servydo por q. por falta de navyo nos sea envyado con q. traer socorro de las cosas necesarias a esta trra.
este puerto es el mejor q. ay eneste rryo para naos y gente adonde qualquiera que vinyere podra dexar la gente y mas que le pareqiere avisandose syempre de se guardar de tygres por q. ay muchos.
En las yslas de sant gabriel en una dellas fallaran una casa de tabla donde quedan quynientas fanegas de mayz e frijoles de s. m. son las cient fanegas y noventa de mayz y diez de frijoles de s. m. estas podran dar a los oficiales del rrey sy vinyere e sino ellas y todo lo demas se podra gastar en la provysion de la gente.
Asy mesmo sy por caso no truxere tablazon para hazer Vergantynes corra esta costa del rryo arriba e hallara madera de sabze e asy mesmo en la mysma costa hazia san gabriel y la ligazon podra cortar en las yslas y esto con mucho Recaudo porq. los yndios [397] desta parte hasta agora no se an dado por enemigos ny amygos pues q. no se a contratado con ellos questa es charruas y beguas e maones e toparas y asymesmo corren la costa chanas y guaranys que son enemigos a los quales y a los quyrandis q. arriba digo les podra fazer todo el dagño q. pudiere por amystad o enmystad rrescatando con ellos o no rrescatando porq. asy hazen ellos.
quedan en una ysla de las de sant gabriel un puerco y una puerca para casta no las maten y sy ovieren muchos tomen los q. ovieren menester y dexen siempre para casta y asymesmo de camyno hechen en la ysla de martin garcia un puerco y una puerca y en las demas q. les pareciere para q. hagan casta.
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requirimiento del veedor cabrera a yrala q. se vaya de buenos ayres a la asumpcion dize q. es bien y ponelo por obra.
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En el puerto de ntra señora de santa maria de buenos ayres que es en la provincia del Rio de la plata en diez dias del mes de abril año del nacimiento de nuestro señor hiesupto de mill e q. nsº y quarenta y un años en presencia de my juº valdez de palenzuela scrivano de sus magds e su notario publico en la su corte y en todos los sus Reynos e señorios y de los testigos de yuso escriptos el señor Alº cabrera veedor de fundiciones enesta provincia por sus magds Riquyrio al muy manyfico señor domingo mynes de yrala thenye de governador desta provincia por sus magdes con un Requirimyento por escripto firmado cuyo thenor es este que se sigue siendo presentes por testigos fernando de prado alferez e juº Romero e pero diaz del valle estantes en el dicho puerto. [398]
scrivano que presente estays dadme por testymonio signado con vuestro signo en manera q. haga fee en como yo alº cabrera veedor de fundiciones enesta provincia del Rio de la plata por sus magds por my e por los otros oficiales de su magd que al presente estan ausentes/ en como pido e Requyero al muy manyco señor domingo de yrala thenye de governador desta provincia por sus magds que por quanto a este tpo sazon estan en estado los negocios desta trra en q. consiste las vydas y buena paçificaçion e poblacion della y es a punto e tpo que convyene aver muy maduro consejo para la forma q. se debe thener en nos governar de oy en adelante porque avyendo venydo los xpianos que enesta provincia an estado en tanta dimynuçion por tantas muertes e perdidas como hasta aquy sobre ellos an acaesçido porque de quantos a ella an venydo hasta oy no Remaneçen y quedan bivos mas de trezientos y cinquenta ombres y por otra parte los enemygos an creçido e crecen en grande numero e visto que de cada dia nos apocamos siempre muestran crecerles el anymo y osadia para nos acabar por que convyene que con maduro consejo se entienda en el Remedio y Reparo destas cosas y que lo que en nosotros falta de ser muchos en numero se cumpla y provea con nos congregar y estar juntos para que mejor nos podamos aprovechar dellos que nos defender e por que yo en cumplimyento de lo que su magd me encarga y manda açerca de la buena poblacion y paçificaçion desta trra visto que enesta coyuntura es tpº y saçon por dar medio en las cosas suso dichas munchas vezes açerca del Remedio dello lo e platicado e consultado con el dicho señor thenyte de governador el qual no pareçe averse querido llegar a mi parecer porque a dado nomyna, de la gente que de thermyno del pueblo aquy e [399] porque yo quyero que para lo que suçediere este claro y manifiesto lo que en este caso yo he dicho e digo que es publico y notorio que los yndios carios conquien enel paraguay bybymos son munchos engrande numero y ansy mysmo gente muy belicosa astuta deseosa de matar en especial a los xpianos como se a parecido enel tpo pasado por munchas vezes asy con atanbane y su hijo guaray y despues su acany y los q. con el se juntaron e quysieron hazer ansy mesmo losde jujuy e los que son comercanos al puerto de la concepcion al tpo quel señor thenyt de governador estaba la tierra adentro se convocaban y juntavan para matar los xpianos que ally quedaron y arisy estas jentes no conoçen ny veen que por ser muchos no nos podran acabar esta claro trataran y procuraran lo que tantas vezes an començado en nos matar y quando no nos matasen dandoles ocasion que por ser pocos se nos atrevan perdremos el servycio e ayuda que dellos tenemos y apartarse an de nosotros a nos hazer la guerra que quando della otro peligro no se syguyese syno perder su servycio e ayuda sera parte para nos destruyr y acabar por no tener como no thenemos otros yndios amygos sy a ellos no e ansy mysmo para los conservar y thener syguros en nuestra amystad nos convyene y es muy necesario hazer guerra a los yndios que son sus enemygos y nuestros lo qual no se podra hazer de manera que lo podamos acabar con la Reputacion que nos convyene porque syendo nosotros pocos por nos divydir e apartar por dexar gente eneste puerto no seremos parte para hazer ny cometer nyngun egocio grande donde claro se los manyfestara thener temor el qual les dara atrevymiento e causa para nos thener en poco o como no les demos guerra contra aquellos a quyen ellos tyenen por enemygos y desean destruyr ynmediatamente volveran las armas y [400] guerra contra nosotros por pensar que como gente poco poderosa nos podran acabar y echar de la trra ansymesmo su magd sabe como por parte de los dichos yndios aseydo Requerydo muchas vezes que vamos a la guerra contra los yndios que dizen ser señores del metal ofreciendose yr en su compañia y se les ha Respondido dandoles esperanzas que a plazos muy breves se conçedera a su deseo e yremos ellos e su md juntos diziendoles que nuestra venyda a esta trra no es otra cosa syno a hazer la dicha jornada y sy ellos vyesen que tardase mucho tpº y no se hiziese seria cierto el levantamyento contra nosotros y pues para hazer la dicha jornada asy como convyene es necesario número de gente que su md no deve dar lugar a que se divydan y aparten los xpianos que enesta trra Resydimos porque quando aquy haya dexado los que tiene señalados y los que sera forçado queden en el pueblo e costa de la asuncion y en los vergantynes donde partyere esta claro y notorio que no solo no terna gente para poder conquistar a los enemygos mas ny aun para se poder guardar de los que llevara por amygos. por las quales Razones me parece su md no deve dexar en este puerto la gente que tiene señalada ny otra nynguna antes la llevar toda consygo para se emplear con ella en las cosas suso dichas que tan necesarias son para cumplir con el servycio de nuestro señor y de su md y al byen e conservaçion e acreçentamyento de los xpianos que en esta trra estamos pues de la quedada aquy la gente que quiere dexar no se sygue otro fin ny efeto syno que esten para dar Razon de nosotros á los que de españa podran venyr lo qual se podra hazer dejando señales y cartas asy eneste puerto como en otros donde las naos podran venyr para que por ellos vean y sepan asy el estado de nuestros negocios [401] como lo que en los suyos les conviene hazer. otrosy digo que en caso quel dicho señor thenye de governador no se quiera conformar con my parecer en lo hazer y cumpla como dicho tengo no debe ny es bien que dexe en este puerto menos de ochenta ombres para que puedan sembrar y cojer lo que q. sembraren para su manthenymiento e se proveer de leña y las cosas neçesarias a sus vidas porq. sin menos numero es cierto q. todos moriran o por que los yndios destas comarcas los mataran como muchas vezes lo han hecho e se travajan de lo hazer o quando no pudiesen por estar cercados de palizada es cierto que les aRancaran y cojeran y destruyran las sementeras de cuya causa abran de morir de hambre. otrosy su md en caso que dexe gente debe dexar gente que tengan vestidos que les puedan durar dos ó tres años para q. sy hasta este tpo naos no vinyeren de españa por falta de Ropa no mueran de frio por ser esta trra como es muy fria y la mayor parte de la gente esta tan desnuda que no tiene con que cubrir sus carnes y los que estan desnudos podran mejor vivir lo que les durare la vida en el paraguay que no aquy por ser como es trra caliente todo lo qual pido e Requyero al dicho señor thenyente de governador haga e cumpla asy como lo tengo dicho porque es cosa cumplidera al servycio de su magd y al bien de la Republica de los xpianos que enesta provincia estamos e necesaria a la buena poblacion e pacificacion desta trra e sy ansy lo hiziere hara lo que debe e lo contrario es notoria perdida e daño proteto contra su persona y anyma lo que protestar me conviene y que sean a su culpa y cargo las perdidas y muertes e daño que por no lo hazer ansy se Recrecieren e de como lo pido e Requiero pido a vos el presente scrivano me lo deys por testymonyo e a los presentes Ruego dello sean testigos. [402]
Otros y pido que sy caso que no deve se determynare a dexar e dexare gente eneste puerto que juntamente con el alarde que les acostumbra tomar de las armas les tome alarde de la ropa todo lo qual haga por ante escrivano para que me lo de por testymonio para que su mat sepa y pueda ser ynformado como se cumple y entiende en las cosas de su servycio y ansymismo me mande dar el traslado de la nomyna de los mantenymyentos y munyciones que les dexa porque quedan en parte que quando no quedasen byen proveydos destas cosas es cierto no las pueden aver e sy por falta dellas peresiesen se les puede dar la pena que por no les aver proveydo devidamente deve aver e pidolo por testymonio. Alº cabrera &
e ansy presentado el dicho Requerimyento e leydo por my al dicho señor thenye de governador en su persona el dicho señor alº cabrera dixo que Requerya e Requyryo con dicho Requyrymyento al dicho señor thenye de governador segun e como enel se contyene e pidiolo por testimonyo el dicho señor thenye de governador dixo que lo oya e quel Respondera. testigos los dichos &
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En el puerto de nuestra señora de buenos ayres ques en la provincia del Rio de la plata en diez e seys dias del mes de abril de myll quynyentos e quarenta e un años estando en la plaça publica del dicho puerto estando presentes munchas personas en presencia de my juº valdez de palenzuela scrivano de su mad. y de los testigos de yuso escriptos el muy magco señor domyngo martynez de yrala thenye de governador desta provincia por sus mags. para en Respuesta de un Requyrimyento que le fue hecho por el señor alº cabrera veedor de su magd presento un escripto formado de Respuesta [403] el thenor del qual es este que se sigue testigo el capitan carlos dubryn e Fernando de prado alferez e diego de tovalina e antonio de ayala thesorero de su madgd e alonso agudo e otra mucha gente el qual fue publicamente leydo e visto por todos los que le quisieron ver ó leer &.
Respondiendo al parecer e Requyrimyento del dicho veedor digo que para mejor me determinar en lo que en tal caso debia hazer e mas cumplidero fuese al servycio de dios nuestro señor y de su magd y bien de los xpianos que enesta provincia estamos y para la mejor poblacion e pacificacion desta trra lo he platicado y consultado con muchas personas asy clerigos e frayles e capitanes e alferez como con otras personas principales y más ancianas que eneste puerto a esta sazon se hallaron todos los quales me an dicho y aconsejado haga lo que el dicho veedor me pide y Requyere como mas largamente pareçera por sus dichos y pareçeres que en my poder estan firmados de sus nombres por tanto digo que avyendo presupuesto conforme a los dichos pareceres ser mas cumplidero que este puerto se despueble y la gente toda se junte que se haga y cumpla asy y mando que se diga e publique que todas las personas que en el estan al presente se adereçen e apresten para partyr e yr en my compañya para el puerto de nuestra señora de la asunçion ques enel Ryo del Paraguay donde esta la restante de la gente para diez dias del mes de mayo al qual tiempo entiendo de estar presto con ayuda de nuestro señor y que en lo que toca a las señales quel dicho veedor dize que se pongan para que los que vinyeren o puedan venyr de españa sepan donde estamos questoy presto de las poner por tanto que sy le pareciere que demas de las que eneste puerto quedaran es neçesario que queden en otras partes diga e declare los lugares [404] y partes donde a el le pareciere ser mas conveniente quel esta presto de las poner e dexar de manera que mediante nuestro señor vengan a manos e noticia de los xpianos que a esta trra vinyeren e que esto daba e dio por su Respuesta no consyntiendo en sus protestaciones. domyngo de yrala.
Ansy presentado e leydo por my el dicho escrivano el dicho escripto e Respuesta el dicho señor thenye de governador dixo que esto dava e dio por su Respuesta al Requyrymyento fecho por el dicho señor alº cabrera e que mandava e mando a my el dicho escrivano no de el dicho Requyrimyento syn esta Respuesta salvo todo junto testigos los susodichos.
E yo Joan valdes de palenzuela escrivano suso dicho q. presente fuy a todo lo que dicho es juntamente con los dichos testigos e de pedimyento del dicho alº cabrera veedor el dicho Requyrimyento ley e notyfique al dicho señor thenye de governador e de mandamyento del dicho señor thinye de governador ansy mesmo la dicha Respuesta ley publycamente e la junte con el dicho Requyrimyento e abtos en my Registro e del lo saque en lympio segun que ante my paso enestas dos fojas de papel con esta en que va my signo todas Rubricadas de my firma y por ende fize aqui my signo en testymonio de verdad - hay un signo - Juº Valdes de palenzuela - rubrica. [405]
TEXTO ESCRITO EN CASTELLANO ANTIGUO

FUENTES Nº 8


La muerte de Moctezuma y la conquista de México
El 2 de diciembre de 1547 moría Hernán Cortés, el conquistador de México. En 1520, durante su campaña, sería asesinado Moctezuma, tlatoani del imperio azteca. A continuación transcribimos la versión española sobre la muerte de Moctezuma, donde cuenta que, ante una revuelta popular, Moctezuma intentó calmar a su gente desde una azotea, pero que sus seguidores, decepcionados, eligieron un nuevo caudillo, apedrearon a Moctezuma y le causaron la muerte. Otra versión, sin embargo, sostiene que todos los nobles aztecas fueron ejecutados por los españoles y que, al morir, el cuerpo de Moctezuma tenía heridas producidas por una espada.
Fuente: Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, México,Editorial Pedro Robredo, 1939.
“En cuanto amaneció, después de encomendarnos a Dios, salimos de nuestros aposentos con nuestras torres, y con los tiros, escopetas y ballestas delante, y los de caballo haciendo algunas arremetidas. Aunque les matábamos muchos de ellos, no aprovechaba nada para hacerles volver las espaldas, sino que si muy bravamente habían peleado los dos días pasados, mucho más fuertes y con mayores fuerzas y escuadrones estaban este día. [...] Nos resistieron la subida un buen rato, que no bastaban las torres, ni los tiros, ni ballestas, ni escopetas, ni los de caballo; porque aunque querían arremeter los caballos, estaba todo el patio empedrado con unas losas muy grandes, que se iban a los caballos pies y manos, y eran tan lisas, que caían. Como desde las gradas nos defendían el paso, y a un lado y a otro teníamos tantos contrarios, aunque nuestros tiros llevaban diez o quince de ellos, y a estocadas y arremetidas matábamos otros muchos, cargaba tanta gente…
”Aquí se mostró Cortés muy varón, como siempre lo fue. iOh, qué pelear y fuerte batalla que aquí tuvimos! Era cosa de notar vernos a todos corriendo sangre y llenos de heridas, y otros muertos. [...]
Pusimos fuego a sus ídolos, y se quemó un buen pedazo de la sala con los ídolos Huichilobos y Tezcatepuca. Entonces nos ayudaron muy bien los tlascaltecas. [...]
”Viendo todo esto, acordó Cortés que el gran Moctezuma les hablase desde una azotea, y les dijese que cesasen las guerras, y que nos queríamos ir de su ciudad. Cuando al gran Moctezuma se lo fueron a decir de parte de Cortés, dicen que dijo con gran dolor: ‘¿Qué quiere ya de mí Malinche, que yo no deseo vivir ni oírle, pues en tal estado por su causa mi ventura me ha traído?’ Y no quiso venir, y aun dicen que dijo que ya no le quería ver ni oír a él ni a sus falsas palabras ni promesas y mentiras. Entonces el padre de la Merced y Cristóbal de Olid fueron y le hablaron con mucho acato palabras muy amorosas, y dijo Moctezuma: ‘Yo tengo creído que no aprovecharé cosa ninguna para que cese la guerra, porque ya tienen alzado otro señor y se han propuesto no dejaros salir de aquí con vida; y así creo que todos vosotros habéis de morir’.
“Moctezuma se puso a un pretil de una azotea con muchos de nuestros soldados que le guardaban, y les comenzó a hablar con palabras muy amorosas que dejasen la guerra y que nos iríamos de México. Muchos principales y capitanes mexicanos bien le conocieron, y luego mandaron que callasen sus gentes y no tirasen varas, piedras ni flechas. Cuatro de ellos se llegaron en parte que Moctezuma les podía hablar, y ellos a él, y llorando le dijeron: ‘Hacemos saber que ya hemos levantado a un pariente vuestro por Señor’. Allí le nombró, que se decía Cuitláhuac, señor de lztapalapa. Y más dijeron que la  guerra la habían de acabar, y que tenían prometido a sus ídolos no dejarla hasta que todos nosotros muriésemos. [..]
”No bien hubieron acabado el razonamiento, cuando tiran tanta piedra y vara, que los nuestros que le arrodelaban, como vieron que entretanto que hablaba con ellos no daban guerra, se descuidaron un momento en rodearle de presto, y le dieron tres pedradas, una en la cabeza, otra en un brazo y otra en una pierna; y puesto que le rogaban que se curase y comiese y le decían sobre ello buenas palabras, no quiso, antes cuando no nos catamos vinieron a decir que era muerto.”

FUENTES Nº 7


El Requerimiento
Josefina Oliva de Coll, La resistencia indígena ante la conquista, Ed.Siglo XXI, México, 1976, págs.70-71.
"La península del Cenú, en Cartagena, tenía fama de contener grandes riquezas. ... Pedrarias mandó a reconocer la región al bachiller Enciso, quien, tal vez debido al título que ostentaba, fue el primero en hacer uso del famoso requerimiento... 'Yo requerí de parte del rey de Castilla, a dos caciques destos del Cenú, que fuesen del rey de Castilla y que les hacía saber cómo había un solo Dios, que era Primo y Uno y gobernaba el cielo y la tierra, y que éste ha venido al mundo y había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro había dejado por su sucesor en la tierra al Santo Padre, que era Señor de todo el mundo Universo, en lugar de Dios, y que este Santo Padre, como Señor del Universo había hecho merced de toda aquella tierra de las Indias y del Cenú al rey de Castilla, y que por virtud de aquella merced que el papa había hecho al rey, les requería que ello le dejasen aquella tierra, pues le pertenecía; y que si quisiesen vivir en ella como se estaban, que le diesen la obediencia como a su señor, e le diesen en señal de obediencia alguna cosa cada un año, y que esto fuese lo que ellos quisiesen señalar; y que si esto hacían que el rey les haría mercedes y les daría ayuda contra sus enemigos...'".
Josefina Oliva de Coll, La resistencia indígena ante la conquista, Ed.Siglo XXI, México, 1976, págs.70-71.

FUENTES Nº 6


Real Provisión de los Reyes Católicos
Dirigida a ciertos vecinos de Palos para que entreguen a Cristobal Colón dos carabelas
Granada, 30 de Abril de 1492.
Don Fernando e Doña Ysabel por la gracia de dios Rey e Reyna de Castilla, de León, de Aragón, de Secilia, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galizia, de Mallorcas, de Sebilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Corcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar e de las yslas de Canaria, condes de Barcelona, señores de Vizcaya e de Molina, duques de Atenas e de Neopatria, condes de Rosellón e de Cerdañía, marqueses de Oristán e de Gociano. A vos, Diego Rodríguez Prieto, e a todas las otras personas vuestros compañeros e otros vezinos de la villa de Palos e a cada uno de vos, salud e gracia. Vien sabedes como por algunas cosas fechas e cometidas por vosotros en desserbicio nuestro, por los del nuestro Consejo fuistes condenados a que fuésedes obligados a nos serbir dos meses con dos carabelas armadas a vuestras propias costas e espensas cada e quando e doquier que por nos vos fuese mandado so ciertas penas, segund que todo más largamente en la dicha sentencia que contra vosotros fue dada se contiene. E agora, por quanto nos avemos mandado a Christoval Colón que vaya con tres carabelas de armada, como nuestro capitán de las dichas tres carabelas, para ciertas partes de la mar océana sobre algunas cosas que cunplen a nuestro servicio e nos queremos que llebe consigo las dichas dos carabelas con que asy nos aveis de servir.
Por ende Nos vos mandamos, que del día que con esta nuestra carta fuéredes requeridos fasta diez días primeros seguientes, syn nos más requerir ni consultar ni esperar ni aver otra nuestra carta sobre ello, tengais aderesçadas e prestas a punto las dichas dos carabelas armadas como soys obligados por vertud de la dicha sentencia, para partir con el dicho Christóval Colón donde nos le mandamos yr, e partireys con él del dicho término en adelante, cada e quando por él vos fuere dicho e mandado de nuestra parte, que nos le mandamos que vos pague luego sueldo por quatro meses por la gente que fuere con las dichas carabelas al prescio que pagare a las otras gentes que fueren en las dichas dos carabelas e en la otra carabela que nos le mandamos levar, que es el que comúnmente se acostumbra pagar en esta costa a la gente que va de armada por la mar, e asy partidos sigays la vía donde él de nuestra parte vos mandare, e cunplades sus mandamientos e vades a su mando e gobernaçión, con tanto que vos ni el dicho Christóval Colón ni otros algunos de los que fueren en las dichas carabelas no vayan a la Mina ni al trato de los que tiene el serenisimo Rey de Portugal nuestro hermano, porque nuestra voluntad es de guardar e se guarde lo que con el dicho Rey de Portogal sobresto tenemos asentado e capitulado. E trayendo vosotros fe firmada del dicho capitán de como es contento de vuestro servicio con las dichas dos carabelas armadas vos avemos por relevados de la dicha pena que por los del nuestro Consejo vos fue puesta, e desde agora para entonces e dentonces para agora nos damos e tenemos por vien servidos de vosotros con las dichas carabelas por el tiempo e segund e como por los del nuestro Consejo vos fue mandado, con apercibimiento que vos fazemos que si loasí no fiziéredes o en ello escusa o dilación pusiéredes mandaremos esecutar en vosotros e en cada uno de vos e en vuestros bienes las penas contenidas en la dicha sentencia que contra vosotros fue dada, e los unos ni los otros no fagades ende al por alguna manera so pena de la nuestra merced e de cada diez mill maravedís para la nuestra cámara, so la qual dicha pena mandamos a qualquier escrivano público, que para esto fuere llamado, que de ende al que vos la mostrare testimonio signado, porque nos sepamos como se cunple nuestro mandado. Dada en la nuestra ciudad de Granada a treynta días de abrill año del nascimiento de nuestro señor Ihesu Christo de mill e quatrozientos e nobenta e dos años. / YO EL REY. YO LA REINA / Yo, Ihoan de Coloma, secretarjo del rey e de la reyna, nuestros señores, la fize escribir por su mandado. Acordada, Rodericus doctor. Registrada Sebastián Dolano, Francisco de Madrid chanciller. (sic).
En las espaldas de dicha probisión está escripto lo seguiente:
En miércoles veynte y tres de mayo año del nascimiento de nuestro salvador Ihesuchristo de mill e quatrozientos e nobenta e dos años. Estando en la iglesia de Sant Gorge desta villa de Palos, estando ende presente frey Juan Peres y Christóval Colón, e asimismo estando ende presentes Alvaro Alonso Rascón e Diego Rodriguez Prieto, alcaldes mayores, e Francisco Martín Nieto e Alonso Rodriguez Pietro e Alonso Gutierres, regidores, luego el dicho Christóval Colón dio e presentó a los sobredichos esta carta de sus altezas, la qual fue leyda por mí, Francisco Fernández escrivano público desta dicha villa, a los dichos alcaldes e regidores, e les pidió la cunplan segund sus Altezas lo mandan yr (sic) pidió por testimonyo.
Luego los dichos alcaldes y regidores dixeron que obedecían la dicha carta con la reberencia debida como carta de sus Altezas e que estaban presto de la cunplir en todo y por todo segund sus Altezas lo mandan e de que fueron testigos Lorenço de Escacena, alcayde, e García Fernández Barrionuevo y Fernando de Salcedo, escribano del concejo, vecinos desta villa de Palos, Francisco Fernández, escrivano público de Palos.
Etc. Etc.

FUENTES Nº 5


Capitulaciones de Santa Fe
Archivo de la Corona de Aragón. Libro Registro de la Cancillería aragonesa. Lib. 3569. ff. 135. V.-136 (Castellano Antiguo)
Las cosas suplicadas e que Vuestras Altezas dan e otorgan a don Christoval de Colon, en alguna satisfacion de lo que ha descubierto en las Mares Oceanas y del viage que agora, con el ayuda de Dios, ha de fazer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que se siguen:Primeramente que Vuestras Altezas como Señores que son de las dichas Mares Oceanas fazen dende agora al dicho don Christoval Colon su almirante en todas aquellas islas y tierras firmes que por su mano o industria se descubriran o ganaran en las dichas Mares Oceanas para durante su vida, y después del muerto, a sus herederos e successores de uno en otro perpetualmente con todas aquellas preheminencias e prerrogativas pertenecientes al tal officio, e segund que don Alfonso Enríquez, quondam, Almirante Mayor de Castilla, e los otros sus predecessores en el dicho officio, lo tenían en sus districtos.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Otrosí que Vuestras Altezas fazen al dicho don Christoval su Visorey e Governador General en todas las dichas tierras firmes e yslas que como dicho es el descubriere o ganare en las dichas mares, e que paral regimiento de cada huna e qualquiere dellas, faga el eleccion de tres personas para cada oficio, e que Vuestras Altezas tomen y scojan uno el que mas fuere su servicio, e assi seran mejor regidas las tierras que Nuestro Señor le dexara fallar e ganar a servicio de Vuestras Altezas.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Item que de todas e qualesquiere mercadurias, siquiere sean perlas, piedras preciosas, oro, plata, specieria, e otras qualesquiere cosas e mercadurias de qualquiere specie, nombre e manera que sean, que se compraren, trocaren, fallaren, ganaren e hovieren dentro en los limites de dicho Almirantazgo, que dende agora Vuestras Altezas fazen merced al dicho don Christoval e quieren que haya e lieve para si la dezena parte de todo ello quitadas las costas todas que se fizieren en ello por manera que de lo que quedare limpio e libre, haya e tome la dicha decima parte para si mismo, e faga dello a su voluntad, quedando las otras nueve partes para Vuestras Altezas.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Otrosí que si a causa de las mercadurias quel trahera de las yslas y tierras, que assi como dicho es se ganaren o se descubrieren o de las que en trueque de aquellas se tomaran, aqua de otros mercadores naciere pleyto alguno en el logar don el dicho comercio e tracto se terna y fara, que si por la preheminencia de su officio de almirante le pertenecera conocer de tal pleyto plega a Vuestras Altezas que el o su teniente e no otro juez conozcan de tal pleyto, e assi lo provean dende agora.
Plaze a Sus Altezas, si pertenece al dicho officio de almirante segunt que lo tenía el dicho almirante don Alonso Enrique, quondam, y los otros sus antecessores en sus districtos y siendo justo. Johan de Coloma.
Item que en todos los navíos que se armaren paral dicho tracto e negociacion, cada y quando, y quantas vezes se armaren, que pueda el dicho don Christoval Colon si quisiere coniribuyr e pagar la ochena parte de todo lo que se gastare en el armazon, e que tanbien haya e lieve del provecho la ochena parte de lo que resultare de la tal armada.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Son otorgadas e despachadas con las respuestas de Vuestras Altezas en fin de cada hun capitulo, en la, villa de Santa Fe de la Vega de Granada a XVII de abril del año del Nacimiento de Nuestro Señor Mil CCCCLXXXXII.
Yo el Rey. Yo la Reyna.
Por mandado del Rey e de la Reyna: Johan de Coloma.
Archivo de la Corona de Aragón. Libro Registro de la Cancillería aragonesa. Lib. 3569. ff. 135. V.-136

La Hueste indiana



La expansión de la Indias se produjo a través de la hueste indiana, que tenía raices medievales. La Corona en escasa ocasiones organizó expediciones de conquista o descubrimiento. Entre los pocos casos en que ello ocurrió pueden contarse los viajes de Cristobal Colón, la expedición de Pedrarias Dávila organizada entre 1513 y 1514 y la expedición de Magallanes. Lo normal fue que que la Corona dejara la responsabilidad de la organización, finaciamiento y desenvolvimiento de esas empresas en manos de sus súbditos.
Las huestes indianas, eran una particular agrupación de caudillo con gente de guerra. que , voluntariamente y sin sueldo, se ponían bajo su tuición para llevar acabo una expedición de descubrimiento, conquista, poblamiento o rescate, con la esperanza de obtener mercedes de la Corona.

El reparto del mundo


 El reparto del mundo (España)

Retrato del papa Alejandro VI, de PinturicchioÉpoca: Conquista América
Inicio: Año 1499
Fin: Año 1502
Antecedente:
Descubrimiento y exploración
Siguientes:
El segundo viaje colombino
Los últimos viajes
Los viajes andaluces
La búsqueda del paso

(C) 1995-1997 Maria Luisa Laviana Cuetos
El éxito de Colón, que aseguraba haber llegado a Asia, provocó la inmediata reclamación de Juan II de Portugal, que consideraba vulnerado el tratado de Alcaçovas-Toledo. Los Reyes Católicos interpretan que ese tratado sólo se refería al espacio africano (contra Guinea), y no a las tierras occidentales, sobre las que alegan su derecho emanado del descubrimiento y primera ocupación -principio del Derecho Romano implícito en las Siete Partidas-. Las negociaciones para un nuevo tratado hispano-portugués comienzan enseguida.
La posición portuguesa contaba con el refrendo moral de las bulas papales, que respaldaban su expansión por las costas africanas "para que el nombre del gloriosísimo Creador sea difundido, exaltado y venerado en todas las tierras del orbe" (Romanus Pontifex de 1455, Inter Caetera de 1456, Aeterni Regis de 1481). Por eso los Reyes Católicos se apresuran a obtener documentos similares del complaciente Papa Alejandro VI (el valenciano Rodrigo Borgia), que concede cuanto piden los representantes españoles. En un tiempo récord de sólo unos meses se promulgan los siguientes documentos pontificios:
1) Breve Inter Caetera (fechada oficialmente el 3 de mayo de 1493; recibida en Barcelona el 28 de mayo), o de donación, que concede a la Corona de Castilla las tierras occidentales que no pertenecieran a otro príncipe cristiano.
2) Bula menor Inter Caetera (fechada el 4 de mayo), o de demarcación, establece una línea en el sentido de los meridianos, de polo a polo, a 100 leguas de las Azores y Cabo Verde, al oeste de la cual la exclusividad castellana sería total.
3) Bula menor Eximiae Devotionis (del 3 de mayo), o de equiparación, concede a los monarcas castellanos los mismos privilegios que tenían los portugueses en sus tierras.
4) Bula Dudum siquidem (26 de septiembre), o de ampliación, extiende las concesiones anteriores a todas las tierras que los castellanos descubriesen a occidente hasta la India.
La negociación bilateral entre España y Portugal, que fue mucho más larga y difícil, aunque sin derivar a un enfrentamiento grave, culminó con el Tratado de Tordesillas firmado el 7 de junio de 1494, en el cual los portugueses renuncian a la partición de los espacios atlánticos en sentido de los paralelos. El acuerdo fue: "que se haga y asigne por el dicho mar Océano una raya o línea del polo Artico al polo Antártico, que es de norte a sur, a trescientos setenta leguas de las islas de Cabo Verde para la parte de poniente, que dentro de la dicha raya a la parte de levante, que esto sea y quede y pertenezca al dicho señor Rey de Portugal y a sus sucesores para siempre jamás, y que todo lo otro yendo por la parte poniente, después de pasada la dicha raya, que todo sea y quede y pertenezca a los dichos señores Rey e Reina de Castilla y de León y a sus sucesores para siempre jamás". Es decir, el meridiano papal se desplaza más a occidente, se mueve de los 37°15' a los 46°37' de longitud oeste, permitiendo a Portugal una mayor comodidad en sus viajes por el Atlántico sur (la volta de Guinea obligaba a adentrarse mucho en el océano para encontrar vientos favorables), así como la anexión de Brasil.
El tratado no evitará futuras discrepancias entre portugueses y españoles: en Asia por la necesidad de fijar el antimeridiano (problema solucionado con la venta de las Molucas a Portugal en 1529) y sobre todo en América, donde la delimitación de la frontera hispano-portuguesa será una permanente fuente de conflictos. La comisión demarcadora fijada en Tordesillas no llegará a establecerse hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando habrá varias Comisiones o Partidas de Límites que apenas harán otra cosa que sancionar situaciones de hecho.
Obviamente, ni la donación papal ni el tratado de Tordesillas fueron aceptados por los demás países europeos, y se dice que Francisco I de Francia ironizó sobre el supuesto testamento de Adán que permitía semejante reparto del mundo. Sin embargo, aparte de ironizar, poco se podrá hacer frente a la expansión ibérica del siglo XVI.

Viajes de Colón-cartografía


CONQUISTA DE CENTROAMÉRICA-1502-1542 cartografía


CONQUISTA AMÉRICA EL SUR-cartografía

Notas: 1) Rutas marítimas; 2) Rutas continentales del Imperio español en América del Sur. Las cifras al lado del nombre de posesiones indican fecha de fund

FLOTA DE INDIAS-catçrtografía


Notas: 1) Flotas de Indias: ida y retorno; 2a) Territorio de nueva España en 1636; 2b) Íd. en 1786;; 3) Misiones del siglo XVIII; 4) Límites entre las posesiones inglesas y españolas en 1763 (Pas de París). Las cifras al lado de las poblaciones indican fecha de fundación. 

LA ÉPOCA DE LOS DESCUBRIMIENTOS-cartografia


Signos: 1) Líneas de partición del mundo entre españoles y portugueses (1494); 2) Territorios poco conocidos o desconocidos por el hombre europeo a mediados del siglo XV. 


FUENTES Nº 4


FUENTES:

 Las mujeres escogidas en el Tahuantisuyu


"El poder estatal, que se había arrogado todas las facultades al mismo tiempo, que tomaba hogares y a veces ayllus íntegros para convertirlos en yanas (indígenas de servicio personal), también levaba muchachas para concentrarlas en unos edificios singulares para entrenarlas y tecnificarlas en manufacturas que beneficiaran al Estado. A éstas se las denominaba acllacuna" (o acllas, castellanizado). pppAclla es una voz quechua que vertida al español quiere decir muchacha escogida o seleccionada, pero no tanto por su belleza como engañaba la propaganda oficial del grupo de poder cusqueño, sino por su vocación artesanal en el tejido. Se las reclutaba mediante dos procedimientos: 1º como tributo a que estaban constreñidas las etnias o nacionalidades que componían el Tahuantinsuyu, en cuyas circunstancias se prefería a las chicas mejor dotadas, las mejor parecidas de la familia y de la comarca y 2º por entrega o "donación" que hacían al Estado sus propios padres, por lo común grandes jefes y hasta por el mismo Zapa Inca, desprendiéndose de una o más de sus hijas para ser encerradas en el acllahuasi (casa de las escogidas), institución aureolada con la fama convencional de ser magníficos centros de aprendizaje de refinados conocimientos culinarios y textiles...   ...Allí permanecían enclaustradas hasta llegar a la adolescencia bajo la tutela del Estado, educadas por las acllas mayores de edad que recibían el título de mamaconas (señoras madres). Los acllahuasis, en consecuencia no eran establecimientos monjiles, sino talleres textiles de cuyo trabajo se aprovechaba el Estado, el cual las compensaba facilitándoles alimentos, bebida, vestidos, joyas y aposentos con habitaciones muy confortables".

Espinoza Soriano, Waldemar, Los Incas. Economía sociedad y Estado en la era del Tahuantinsuyu, Ed. Amaru, Peru, 1990. P. 212 - 213

Los Incas: Tributo y reciprocidad


"El tributo se integra en el sistema de reciprocidad: los campesinos cultivan la tierra del Inca a cambio del derecho de usar la tierra comunitaria; por lo mismo, como contraprestación por el derecho a disponer de la lana (o algodón) de la comunidad, trabajan la lana del Inca. Por otra parte, estos deberes no resultan solamente de las concepciones acerca de la propiedad universal del Inca; este, hijo del sol, transmite también a sus sujetos una protección divina, asegura el orden de la sociedad y ofrece favores y recompensas. En especial, la generosidad del Inca asegura el mantenimiento de los campesinos viejos y enfermos, incapaces para el trabajo. En tiempos de hambre redistribuyen a las comunidades las reservas de sus graneros. Los campesinos tienen así, el sentimiento de participar en el consumo de los productos que entregan a título de tributo. El curaca desempeña a escala reducida un papel análogo. De hecho, las obligaciones frente al Inca parecen una extensión de las obligaciones frente al Curaca, como si el Imperio se hubiese constituido calcando sus instituciones sobre las instituciones preexistentes"

Wachtel, Nathan, Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530 -1570), Ed. Alianza, Madrid, 1976. P. 110

Protección y autoridad de la mujer en la colonia


"El equilibrio de las implicaciones negativas y positivas del concepto legal de protección, dio a la mujer colonial un considerable grado de libertad y autoridad, que podía compararse favorablemente con la mujer de otras culturas durante el mismo período. El sistema, sin embargo, no concedía a la mujer la máxima libertad: la de permitir a la mujer divorciarse de su marido, pero esto estaba en consonancia con la tradición cristiana occidental. La Iglesia católica sólo permitió la separación matrimonial bajo circunstancias extremas tales como adulterio consuetudinario y público por parte del marido, abusos físicos durante largo tiempo o abandono del hogar. Debido a la complicación de los tramites, las dificultades económicas que todo ello implicaba y la vergüenza social que producía, no había muchas mujeres dispuesta a seguir el proceso de un divorcio y muchas de ellas optaban simplemente por tratar de conseguir un cambio en el comportamiento de sus maridos. La gran mayoría de las mujeres permanecieron casadas durante el resto de su vida cumpliendo sus funciones como madres y esposas"

Bethel, Leslie (Ed), Historia de América Latina, Ed. Critica, Barcelona, 1990. Tomo IV. P. 115



 El conquistador y la monarquía


"Un otro elemento de definición fundamental en el conquistador es su fidelidad a la monarquía. Su lealtad es permanente, constantes no sólo en sus compromisos, sino consciente de que los premios y recompensas eran obtenidos a través del monarca, tanto en la España peninsular como en la ultramarina: tierras y encomiendas, puestos en la administración eran concedidas, en gran medida y cantidad, por el rey a los conquistadores y sus descendientes en razón de sus servicios al Estado. Así el conquistador, desde el jefe al menor de la hueste, actúan al servicio de Dios y de Su Majestad".pppEl quebranto a esta lealtad se califica como rebelión, de crimen de lesa majestad. El poder real nunca se cuestiona, aunque se critiquen las directrices políticas (...) Esta fidelidad al monarca, incuestionable e incuestionada, no se equipara en una integérrima lealtad de los capitanes con sus jefes. Existe una desmedida ansia de poder, provocando a veces una lucha por la dirección de la empresa o por desgajarse de ella encabezándo secesiones: actitudes que favorece la enormidad del espacio geográfico americano abarcado por la acción de estas huestes" "

De Solano, Francisco, Et. Al, Proceso histórico al conquistador, Ed. Alianza, Madrid, 1988. P. 32


Tributo en oro exigido a los indígenas


"Tornemos a decir que en obra de 20 días vinieron todos los principales que Montesuma había enviado a cobrar los tributos del oro que dicho tengo, y así como vinieron envió a llamar a Cortés y a nuestros capitanes, y a ciertos soldados que conocía, que éramos de la guarda, y dijo estas palabras formales, u otras como ellas: Hágaoos saber, señor Malinche y señores capitanes y soldados, que a vuestro gran rey yo les soy encargo, y le tengo buena voluntad, así por ser tan gran señor como por haber enviado de tan lejanas tierras a saber de mí, y lo que más me pone el pensamiento es que él ha de ser el que nos ha de señoriar, según nuestros antepasados nos han dicho, y aun nuestros dioses nos dan a entender por las respuestas que de ellos tenemos. Toma ese oro que se ha recogido; por ser de prisa no se trae más. Lo que yo tengo aparejado para el emperador es todo el tesoro que he habido de mi padre y que esta en vuestro poder y aposentos; que bien se que luego que aquí viniste habriste la casa y lo mirásteis todo y la tornásteis a cerrar como antes estaba""

Díaz del Castillo, Bernal, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ed. Porrua, México, 1960, Tomo I, Cap. CIV, P. 322


Torturas para obtener la confesión indígena


" Y colgándolos en alto a manera de tormento de garrucha con piedras de dos y tres arrovas a los pies, y allí colgados dándoles muchos azotes hasta que les corría mucha sangre por las espaldas y piernas hasta el suelo; y sobre estos los pringaban, como se acostumbran hacer a negros y esclavos, con candelas de cera encendidas o derritiendo sobre sus carnes la cera de ella (...) y los pobres indios flacos y miserables, biendose tan afligidos y maltratados, medrosos y desatinados de los dichos tormentos, confesaron desatinos, cosa que no habían hecho ni pensado hacer, diciendo que eran idolatras, y que tenían cantidad de ídolos y que habían sacrificado muchas personas humanas (...) siendo todo mentira y falsedad he dicho de miedo y por la aflixion que se les hacia."

Carta de don Diego Rodríguez Bibanco, defensor de los indios, al rey Don Felipe II, suplicándole se dignara expulsar de las indias a los frailes de la orden de San Francisco. Mérida, Marzo de 1563. En Cartas de Indias; Biblioteca de autores españoles, Madrid, 1974. P. 343

IEP - Instituto de Estudios Peruanos
Taller Interactivo:
Prácticas y Representaciones  de la Nación, Estado y Ciudadanía en el Perú
Formas de la alteridad. Construccion y difusión de la imagen del indio americano en Europa durante el primer siglo de la conquista de América.
Prefacio y cap. ix•
Emanuele Amodio
Módulo: Estudios de caso
Sesión 13
Lima, noviembre de 2002
Emanuele Amodio, Formas de la alteridad. Construcción y difusión de la imagen del indio americano en Europa durante el primer siglo de la conquista de América. Quito, Ed. Abya Yala, 1993.

FORMAS DE LA ALTERIDAD. CONSTRUCCION Y DIFUSIÓN
DE LA IMAGEN DEL INDIO AMERICANO EN EUROPA
DURANTE EL PRIMER SIGLO DE LA CONQUISTA DE AMÉRICA
Emanuele Amodio
PREFACIO
E
n esta época dominada por las imágenes, la importancia de estudiar el uso que se hace de la representación del Otro sobresale con especial fuerza y lo hemos visto en un sinnúmero de ejemplos en las manifestaciones a favor o en contra de las celebraciones del quinto centenario de la llegada de los europeos al continente americano.
Después de cinco siglos, el Occidente todavía está condicionado por los efectos de aquel momento histórico en que, sobre la destrucción de pueblos y culturas, fundó su primera apertura al mundo. La globalización de políticas y economías tuvo en ese momento su verdadero origen y por él permanece fuertemente marcada.
Aquel primer contacto, con la consecuente conquista de nuevas tierras caracterizada por la búsqueda de oro, fue también escenario de conflicto entre imágenes diferentes: la de los españoles y la de Colón, influenciadas por los mitos orientales; la de la Iglesia misionera, en búsqueda de nuevas lamas; y, finalmente, las de los mismos indígenas: de sí y de los extranjeros llegados de otras tierras. No siempre estas producciones culturales consiguieron fundirse en una nueva representación; no sólo por la diferencia entre imágenes producidas por los europeos. Es suficiente, en este sentido, pensar en la diferencia profunda entre las descripciones del indio producidas por los protestantes ingleses y las producidas por los españoles o, para permanecer en la Península Ibérica, las diferencias entre españoles y portugueses.
Imágenes que se enfrentan entre sí, casi de manera autónoma, que se mezclan u oponen en el curso de la conquista que, es necesario subrayarlo, todavía no ha terminado. El Otro contradictorio, una vez ser diabólico y otra Adán incontaminado; incapaz de actividad política y, al mismo tiempo, habitante de Utopía. El Otro, monstruo y ser angélico. Ese otro que llega anegrase a sí mismo, bajo la fuerza de la represión; y que, sin embargo, es capaz de levantar su rostro cuando el juego de las fuerzas locales le permite espacios para reproducir antiguas imágenes o, también, crear nuevas formas, muchas veces sincréticas.
2
Estos procesos, activos durante todos estos cinco siglos, de cierta manera parecen estar presentes en su globalidad ya desde los primeros años de la conquista. Como si todas las imágenes futuras hubiesen sido producidas de una vez y para siempre y después reproducidas, poco a poco, durante los siglos siguientes. Es así como encontramos el origen del Buen Salvaje de la época ilustrada ya en la mitología cristiana de Bartolomé de Las Casas; o la “demonización” del indio por parte de los modernos misioneros norteamericanos, presente también desde la primera mitad del siglo XVI.
Por todo esto, nos pareció importante analizar la primera producción europea de las imágenes del indio americano, con la finalidad de aclarar sus orígenes y sus transformaciones, en América y en Europa, en esa misma época que se considera como el comienza de la “modernidad” de Occidente.
La tarea que nos hemos propuesto llevar a cabo no estaba libre de peligros, claramente epistemológicos, y por esto el resultado debe ser considerado más como un recorrido dentro de algunos contextos históricos, que como un discurso concluido y completamente clarificador. Sin embargo, es necesario comenzar a caminar para reconocer y construir el camino posible.

DE LA IMAGEN DEL INDIO AMERICANO
Capítulo XI
Hemos visto como las categorías europeas medievales utilizadas para la percepción/construcción del Otro asiático y africano fueron utilizadas para la elaboración de la imagen del indio americano. Sin embargo, es evidente que el aumento de las informaciones sobre la realidad americana terminaba por influenciar la construcción de esa imagen. De esta manera, se produce una mezcla de datos reales, que servían de base para la construcción de la imagen, y datos míticos, que realizaban la función de refuerzo de la identidad europea. Esta irrupción de datos reales que transforma la imagen del indio es perceptible en la evolución de las representaciones americanas durante el mismo siglo XVI. Es el caso, por ejemplo, de los gigantes americanos.
La literatura fantástica medieval había colocado en Oriente un país de gigantes, como el del rey Geti Hygelac del Liber Mostrorum (cfr. Porsia, 1976: 139). Colón, a su vez, había anotado que los indígenas encontrados eran "sobrecrecidos" y "de muy linda estatura y todos grande” (Las Casas, II, 1951: 139), sin remarcar demasiado la posibilidad que fueran gigantes. Es Vespucio quien explícitamente hecha mano a la mitología clásica cuando afirma que las mujeres de la actual isla de CuraÇao parecían todas como "Pantesilea y los hombres Anteo".
Particularmente en la Carta a Lorenzo Francesco de Médicis del 18 de julio de 1500, Vespucio abunda en los detalles afirmando que las mujeres eran "...de tan gran estatura que no había ninguna de ellas que no fuese más alta que yo un palmo y medio" (Vespucio, 1985:22). De esta manera, la imagen de los gigantes americanos comienza a poblar la geografía americana (cfr. figura 1). Pigafetta, en viaje con Magallanes en 1519, los encuentra en la Patagonia: "Este hombre era tan alto que con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura" (Pigafetta, 1986: 47). Otra noticia de los gigantes la reporta Cieza de León (1553) referida a los habitantes de la costa del actual Ecuador, vencidos por los incas (cfr. Krickeberg, 1971: 190, 191).
Resulta evidente como, desde la primera observación de Colón, la noticia se ha transformado, creando el "monstruo"1 Sin embargo, el aspecto interesante del fenómeno es el siguiente: desde la mitad del siglo XVI, con el aumento de informaciones sobre América, la noticia de la existencia de gigantes ya no es completamente aceptada y hasta es motivo de bromas, como la de Michael Lindener en una "Katzipori" alemana de 1558.
Digna de mención es una parodia de las “Newen Zeytungen» y de los gigantes de América publicada por Michael Lindener en una pequeña colección de bufonadas alemanas “Katzipori” de 1558. En una “verdadera información nueva” (Newe Zeytung) de una fabuloso gigante, de la isla Cubagua, Lindener se burla tanto del estilo sensacional de los Zeytungen como de la pretendida existencia de “gigantes descritos en relatos de viajes (Vespucio) o en cosmografías (Sebastian Münster), describiendo un hombre cuya cabeza es más grande que la universidad de Paris, con ojos más grandes que la ciudad de Gante" (Kónig, 1990: 153).
La broma sirve claramente para negar valor a lo que se creía adherente a la realidad encontrada y descrita. Sin embargo, si bien se tornaba relativamente fácil poner en duda la existencia de "monstruos" físicos, no pasaba lo mismo para los "monstruos" culturales. Por ejemplo, volviendo a los gigantes de Cieza de León, estos fueron eliminados, según lo que cuenta el Cronista, porque "... usaban unos con otros el pecado nefando de la sodomía, tan gravísimo y horrendo" (Krickeberg, 1971: 191)2.
La atribución a los indios de prácticas sodomitas fue tan común en los cronistas del siglo XVI que debe ser considerada como una de las características clave de la imagen de los indios construida por los europeos (cfr. Cardín, 1984)3. De cualquier manera, se trata de descripciones escritas que no producen explícitas producciones iconográficas, aparte algunos pocos casos. Sin embargo, el proceso de representación se produce también en este caso.
Queremos hacer referencia, sobre todo, al contenido estético de las descripciones del indio: en todos los casos, se hace referencia a un excesivo “cuidado de sí" por parte de los hombres, al uso de pinturas y plumas, etc. Sirva aquí, para todas, una frase de Pedro Mártir de Anglería de la Carta 186: “Dicen que los machos se diferencian poco de las hembras” (Mártir de Anglería, 1990: 58).
Si ahora observamos las imágenes producidas en el primer siglo de la conquista, percibimos que estas mismas características están presentes en las comunes representaciones del indio americano, redundando así el juicio negativo. Véase por ejemplo, los tupinambá de Hans Staden con sus plumas y sus pinturas poco "masculinas" a la mirada europea o, sobre todo, gran parte de los dibujos de De Bry, Y no es ciertamente una coincidencia casual que, por lo menos hasta la polémica ilustrada sobre el Nuevo Mundo (Buffon, De Pauw, etc.) dos siglos más tarde, los indios americanos fuesen pensados todavía como "genésicamente débiles”, lo que producía (según la justificación europea) el deseo de la mujeres indígenas de acostarse con los europeos (cfr. Gerbi, 1982)4.
En el continente americano, la represión de la homosexualidad, cuando existía de verdad o sólo como pretexto, fue llevada adelante con entusiasmo por parte de los españoles. Cualquier actitud que podía delatar la existencia de tales prácticas venía reprímida con fuerza y la inquisición se dedicó con mucho esmero a esta tarea, sobre todo en ciudades como Lima y Ciudad de México. De estos eventos, nos queda una imagen de De Bry (1595) que representa a unos indígenas acusados de sodomía y condenados por Vasco Núñez de Balboa a ser comidos por los perros (figura 2).
En verdad, no se trataba sólo de la sodomía. Es toda la sexualidad de los indios que es considerada de manera "extraordinaria": desde los hombres sodomitas y los efebos, hasta la "lascivia" de las mujeres, los indígenas americanos fueron puestos fuera de la "normalidad" de las relaciones entre los sexos, hasta volverse modelos negativos útiles para su utilización en Europa como ejemplos moralizantes. Aquí no importa si de verdad las prácticas sodomitas estaban o no tan difundidas; importa sí subrayar el éxito de tal acusación y su repetición monótona durante toda la época colonial. Lo que tal vez explica tal actitud es el "escándalo" que la desnudez de los indios causó en los europeos.
La desnudez de los indios, desde los primeros años de la conquista, fue vivida con ambivalencia por los europeos: por un lado, produce la atribución de una sexualidad anormal y, por el otro, bajo el empuje de la búsqueda del Paraiso Terrenal de Colón, les es atribuida un estado de "pureza". Véase la siguiente descripción de Bartolomé de Las Casas del encuentro de Colón con los indígenas antillanos:
“ ... Andaban todos desnudos, como sus madres los habían parido, con tanto descuido y simplicidad, todas sus cosas vergonzosas de fuera, que parecía no haberse perdido o haberse restituido el estado de la inocencia, en que un poquito de tiempo, que se dice no haber pasado de seis horas, vivió nuestro padre Adán." (Las Casas, I, 1951, p.221).
Tal caracterización, también después de la caída del sueño edénico, continuó funcionando para atribuirles una mítica edad del oro, donde la inocencia primordial se asocia a la ausencia de propiedad privada. La evocación de una edad mítica, en realidad, esconde un código económico y mercantil: existen grandes riquezas de las cuales los habitantes de esas tierras no saben que hacer, dado que viven en inocencia... De aquí, la justificación fácil para apropiarse de esas tierras (cfr. Crovetto, 1990: 15). De este cruce entre inocencia, desnudez y oro, la más alta representación iconográfica es constituida por la imagen del rey de Manoa recubierto de oro, El Dorado, dibujado por De Bry (figura 3).
Por lo que se refiere a la desnudez del indio, es necesario también hacer referencia al status ocupado por las imágenes iconográficas en las sociedades europeas. Durante el siglo XVI, las imágenes iconográficas recorren dos “circuitos icónicos” (Ginzburg), uno público y uno privado, con finalidades diferentes en la mayoría de los casos. Mientras que el circuito público, por lo menos en uno de los niveles socioculturales de circulación, incluía también imágenes "morales" utilizados por la iglesia "...en una propaganda dirigida a las masas compuestas en general por analfabetas” (Ginzburg, 1986b: 135); el circuito privado incluía también imágenes destinadas a un uso erótico.
Es evidente que este segundo circuito excluía los grupos sociales populares, sobre todo porque esas imágenes iconográficas eran producidas en su mayoría por encargo. Nos parece que este segundo circuito icónico puede ser considerado también como el trasfondo de la circulación de las imágenes del indio americano. De hecho, nos encontramos con una gran producción de imágenes de hombres y mujeres desnudas de las cuales se describe una sexualidad exagerada o, en casos más sofisticados, como el de Vespucio, junto a descripciones literarias y menudas de sus cuerpos desnudos y del uso que de ellos hacen5.
No resulta así fuera de lugar adelantar la hipótesis de que la iconografía americana ocupó un lugar en el circuito icónico destinado a la mirada "erótica" de los estamentos acaudalados de la sociedad europea, italiana sobre todo, del siglo XVI.
Aparte de las descripciones de las colecciones privadas de dibujos del siglo XVI, la relación entre iconografía americana y erotismo parece suficientemente demostrada por el análisis contextual de la relación entre figuras y textos de muchas publicaciones de contenido americano. No se trata solamente de De Bry, bien antes y desde el comienzo de la circulación del material americano escrito y dibujado, las descripciones escritas abundan en descripciones "atrevidas" de los cuerpos desnudos y de las prácticas sexuales de los indios, mientras los dibujos ofrecen a la mirada europea la prueba fehaciente de la descripción. Y vale también el proceso contrario: a partir de la representación gráfica, que deja entrever unas posibilidades eróticas negadas en Europa, el texto escrito será reinterpretado bajo esta óptica, de manera que hasta las descripciones más castas terminan siendo motivo de lectura “libertina".
Un ejemplo representativo de esta redundancia entre texto escrito y texto iconográfico, puede ser considerado el libro de Cesare Vecellio. Se trata de una larga recopilación de informaciones sobre la manera de vestir de gran parte de las poblaciones del mundo conocidas en la época. Cada corta descripción está acompañada por un dibujo rico en detalles del personaje descrito. Y es en el capítulo 12, agregado en la segunda edición, que la contraposición entre hombre y mujeres europeas, vestidos de manera sobreabundante, e indígenas americanos, en gran parte desnudos, se hace explícita, cargándose particularmente la descripción de los indios de un aura de erotismo, subrayada por la constante referencia a los órganos sexuales. De esta redundancia entre escritura e imágenes, citamos las figuras de la reina y la del paje, con su evidente parentesco con la pintura florentina del Renacimiento (cfr. figuras 4 y 5).
Finalmente, en la relación entre erotismo e iconografía, es necesario considerar un aspecto importante de su difusión. La utilización cada vez mayor de la imprenta en la producción de libros implicó una parcial ruptura de los circuitos: "gracias a ella, un público todavía para nosotros no bien definido, pero que incluía de cualquier manera estratos sociales subalternos (artesanos y hasta campesinos), entró en contacto no solamente con la página impresa, sino también con las imágenes que a menudo las acompañaban. La existencia de libros a precios relativamente bajos, en general con ilustraciones, aumentó de una vez, en sentido cualitativo y cuantitativo, el patrimonio de palabras y de imágenes de esas clases sociales" (Ginzburg, 1986b: 150). Si a la producción de libros añadimos también la de las "Hojas volantes”, como las "Zeitungen” alemanas, que contenían a menudo imágenes americanas, podemos identificar un fenómeno muy amplio de disfrute de esas imágenes, tal vez con finalidades muy diferentes de las previstas por sus editores. De hecho, si es demostrada la utilización erótica de las imágenes iconográficas por parte de los grupos sociales dominantes del siglo XVI, no es de extrañar que el mismo fenómeno se haya dado también a niveles populares, cuando fue posible acceder a imágenes de ese tipo. A final de cuentas, debían ser muy escasas las oportunidades para un campesino de ese siglo ver una mujer desnuda y, todavía menos, las posibilidades de una mujer de contemplar a un hombre sin ropa. Las imágenes fueron así, tal vez, un sucedáneo útil para satisfacer tales curiosidades.
Es evidente que la circulación de este tipo de imágenes, en el contexto de la cruzada moralizadora de la iglesia en el siglo XVI, terminó por desatar la reacción eclesiástica. Protagonista, entre otros, de esta represión en Italia fue el Teólogo Catarino Politi, quien incluyó a los mismos curas y obispos que coleccionaban dibujos mitológicos en su lucha contra las imágenes eróticas (Ginzburg, 1986b: 137)6.
Tal vez debido a esta represión eclesiástica, al lado de los cambios determinados por la presencia europea en América, desde el final del siglo XVI los indios fueron cada vez más representados con ropa al uso europeo, en el intento de eliminar el carácter "escandaloso” de sus cuerpos desnudos7. Véase, por ejemplo, la representación de un indio bautizado por Luis XIII reproducida en la obra de C. D'Abbeville Historia de la misión y de los misioneros capuchinos de la isla de Marahú , de 1614; o los indios tupinambá vestidos con una mezcla de ropa europea y plumas indígenas dibujados en 1613 para el libro de Yves D’Evreux Viaje al norte de Brasil (cfr. figura 6).
Volviendo a la desnudez real del indio americano, superada la fase “edénica", ésta fue asumida como índice de una condición de pecado. El indio desnudo se vuelve hombre bestia, con sus costumbres abominables como la sodomía y, naturalmente, el canibalismo. Desde Colón y Vespucio, una porción de grupos indígenas será considerada caníbal y, todavía antes que el texto de Hans Staden circulara por Europa, una de las “Zeytungen" alemanas -a partir del texto de Vespucio sobre la " ... carne humana salada y colgada de las vigas, como entre nosotros se usa ensartar el tocino y la carne de cerdo" (Vespucio, 1985: 65)- publica en 1505 la xilograria de dos colores de una escena caníbal, acompañada de un larga leyenda con detalles realistas de tales prácticas (cfr. figura 7)
El texto que acompaña el dibujo de la figura 7 es el siguiente:

"Esta figura nos indica la gente y la isla encontrada por el rey cristiano de Portugal y sus súbditos. La gente es bonita, desnuda, de cuerpo café y bien proporcionada; las cabezas, cuellos, brazos, genitales y pies de las mujeres y de los hombres están un poquito cubiertos de plumas. Los hombres tienen también muchas piedras preciosas en sus caras y en sus pechos. Nadie posee nada, pues todas las cosas son comunes. Y los hombres tienen a las mujeres que les gustan, sean madres, hermanas o amigas, en eso no hay diferencia. También se pelean entre sí. También se comen entre sí hasta a los mismos asesinados, y cuelgan esa misma carne al humo. Llegan a vivir 150 años. No tienen gobierno" (en Kügelgen Kropfinger, 1990: 474).
Por todo el siglo XVI, los cronistas oficiales y los viajeros llenarán sus escritos con las descripciones de las prácticas canibalísticas de gran parte de los indígenas del Nuevo Mundo. Aunque toca a Colón dar inicio a tales mitos, es Vespucio quien elabora las comparaciones entre las prácticas de cocina europeas y las prácticas caníbales, imponiendo una equivalencia entre dos acciones que, al contrario, en la realidad etnográfica no son comparables: de hecho, en un caso se trata del consumo cotidiano de comida (Europa), mientras que en el otro del consumo ritual en el contexto de ceremonias religiosas. Pruebas de esta ritualidad las encontramos, entre otros, en el mismo Hans Staden, máximo propagador de la imagen de los caníbales.
En la descripción de Staden, aparte de las exageraciones del europeo, es evidente la característica religiosa del evento (como, por ejemplo, la necesidad de que quien había dado muerte al prisionero realizara una serie de ceremonias purificadoras después del evento).
Sin duda, una diferente percepción de las prácticas caníbales se produjo en la misma época de la primera conquista. Es, el caso, por ejemplo de Bartolomé de Las Casas quien explícitamente niega su existencia, atribuyendo los huesos colgados en las casas de los indígenas (a partir de los cuales se había hablado de canibalismo) a prácticas funerarias.
Lo mismo pasa con Walter Raleigh que, con sutil observación etnográfica, describe el mismo fenómeno, citando también la ingestión ritual de huesos pulverizados: "Acostumbran moler los huesos de sus jefes muertos hasta reducirlos a polvo, el cual toman después sus viudas y amigos disueltos en diferentes tipos de refrescos” (Raleigh, 1596: 43).
La caracterización ritual de esta práctica es tan evidente que lleva a pensar en un intento de conseguir una "comunión" con el muerto, sentida como continuación vital y ritual de la vida del difunto a través de sus allegados (cfr. Whitehead, 1984)8. De cualquier manera, la imagen del canibalismo desenfrenado fue más fuerte que aquella del "consumo ritual del muerto" constituyendo, junto con las otras características negativas atribuidas al indio americano, un complejo ideológico capaz de generar una imagen global coherente y de signo contrario a la de sus productores y difusores.
Con el avance de la conquista americana, los españoles se encontraron también frente a sociedades que no podían ser identificadas a través de esos códigos. De hecho, el contacto con las sociedades incaica y azteca produjo una reestructuración en la percepción europea, ya que se tuvo que tomar en consideración que no todos los indígenas andaban desnudos y carecían de gobierno.
De esta manera, desde las primeras décadas de la conquista, los europeos elaboraron por lo menos tres categorías de indígenas: los “inocentes adaníticos"; los "salvajes caníbales"; y los "paganos organizados”. Esta triple categorización redistribuirá sin muchas transformaciones los varios códigos elaborados en la primera fase de la conquista, como fue el caso de la acusación de canibalismo elaborada en el Caribe y “constatada" en México (cfr. Kónig, 1990: 154-155). Resumimos las características culturales que fundan, en lugar de las disformidades físicas, la diferencia atribuida por los europeos y que sirven de base para la producción de los códigos perceptivos del Otro americano.


Indios                                              Europeos
Desnudos                                         Vestidos
Caníbales                             Horror al canibalismo
Polígamos                                      Monógamos
Incestuosos                              Horror al incesto
Sin propiedad                             Con propiedad
maternal                                          maternal
Sin gobierno                                 Con gobierno

A estas características atribuidas por los europeos hay que añadir también la de "paganos", que puede considerarse corolario de las otras. La falta de reconocimiento de características religiosas en la ceremonia tupinambá es sólo un aspecto del problema inherente a la "religión del Otro". En los primeros años de la conquista, por lo menos antes de conocer los templos mexicanos y peruanos, la percepción general concordaba con la de Colón en la no existencia de religión entre los indios. Colón, empujado al' viaje también por motivaciones religiosas o, por lo menos, así lo registra en sus Diarios, escribe el 16 de octubre de 1492, entre la descripción de un árbol "disforme" y la de peces monstruosos: "No le cognosco secta ninguna y creo que muy presto se tornarían cristianos, porque ellos son de muy buen entender" (Colón, 1984: 37).
Al lado de esta atribución, correlata directamente con la visión edénica que no favorecía completamente la actitud misionera, puesto que se basaba en la ausencia de pecado, bien temprano se produce otra que termina por ocupar todo el espacio de la alteridad religiosa: los indios adoran al demonio9.
Para llegar a esta conclusión y era necesario reconocer antes que nada que los indios poseían una religión. A este fin, de manera gradual, se identificaron entre la población indígena unos personajes especiales como los "curanderos" (en el caso de Benzoni) y los "adivinos" (Staden), con funciones "sacerdotales” (Vecellio).
La segunda fase es representada por el descubrimiento de la existencia de templos en algunas regiones (Perú, Méxíco), demostrándose así que sí tenían religión y su dios era el sol (cfr. la figura 8). Desde aquí, falta poco para llegar a una conclusión general: tienen religión, pero no son cristianos y, por consecuencia, adoran el diablo (o, en su variante: son paganos).
De cierta manera, la no existencia de estatuas con función religiosa en las islas antillanas y en la Tierra Firme, aparte el caso de los cemi taínos, no había favorecido la atribución de religiosidad como había acontecido en Perú y México. Por esto, se atribuyeron a esos indígenas rituales nocturnos en los bosques, donde se encontrarían con el diablo, según el modelo medieval del aquelarre.
También a nivel iconográfico podemos encontrar ejemplos de esta evolución en la representación de la religión del indio americano: desde la curación de los enfermos con humo de tabaco (Benzoni), hasta la adoración del sol (idem). White dibujará también las danzas religiosas de los indios de Centroamérica y sus rituales funerarios. Sin embargo, es con De Bry que se produce la total transformación de los indios “edénicos” en indios "diabólicos". Véase, por ejemplo, la portada del libro de Benzoni reeditado por De Bry en 1594, donde los indios rodean en adoración una figura terrible puesta en un trono, con alas de murciélago y cuernos; o la transformación de los adoradores del sol del mismo Benzoni, en adoradores del diablo por parte de De Bry, en la misma edición citada de la Historia del Mundo Nuevo. Las figuras 9 y 10 muestran este último proceso.
A partir de esta representación, se volvía fácil justificar la represión violenta por parte de la Inquisición de todos aquellos rituales indígenas que servían para mantener la identidad de esas poblaciones y, al mismo tiempo, eran expresión de la resistencia a la integración compulsiva. Si esos rituales se realizaban para tener "comercio" con el diablo, era legítimo reprimirlos, utilizando todo el rigor y las técnicas ya ampliamente aplicadas por la iglesia durante todo el medievo en Europa.
La característica de "paganidad" viene a completar, de cierta manera, la formación del código utilizado en la construcción de la imagen del indio por parte de los europeos (junto con “salvaje" y "bárbaro"). No se quiere negar, con esta conclusión, la existencia de códigos diferentes, como el "edénico", para la percepción del indio; y tampoco olvidar que la división maniquea entre "indios buenos” e "indios malos" no sirvió sólo para oprimir a algunas sociedades indígenas, sino también para defender a otras, como fue el caso de la polémica entre Las Casas y Sepúlveda (cfr. Hoornaent, 1970).
Sin embargo, nos parece que, pasado el primer momento de "edenización", la defensa misionera se justificó a través de una supuesta "incapacidad" de los mismos indígenas para defenderse (y, por esto, la necesidad de medidas y leyes protectoras), y no sobre la atribución de verdadera "humanidad". Esta "infantilización" del indio, que en gran parte ha continuado durante toda la historia de la conquista, no entra en contradicción con los códigos arriba identificados. Al contrario, esa actitud puede ser considerada intrínseca a éstos, ya que el "bárbaro", primordialmente, es tal porque no sabe hablar (como los niños, quienes deben aprender, etc.).
En general, todas estas diferenciaciones del código perceptivo deben ser consideradas como articulaciones de una oposición mucho más amplia que refiere a la construcción de cualquier sociedad. Queremos referirnos a la oposición cultura/naturaleza que normalmente permite a las sociedades emerger de la naturaleza, del caos, del sin nombre, para construir un espacio de conciencia cultural. Esta oposición no es activa sólo ab initio, sino que continúa sustentando la identidad de cada grupo social a través de mitos, actitudes, modelos de conducta, etc. Además, esa oposición no funciona sólo frente al mundo de la naturaleza, sino también frente a las otras sociedades: el Otro "naturalizado" permite la humanidad "culturizada". Así, el "salvaje", el "bárbaro" y el "pagano" son asimilados al mundo de la naturaleza que, en el caso de Occidente, tiene un sentido bien particular.
De hecho, frente a la relación, armónica de la oposición naturaleza/cultura existente en muchas sociedades indígenas encontradas por los europeos en el Nuevo Mundo, el Occidente impone una oposición dramáticamente vivida, donde la naturaleza no es un Otro con el cual relacionarse, sino una "cosa" para ser conquistada y utilizada.
Y no es ciertamente una mera coincidencia que en la iconografía europea. Se termina representando el continente americano como un hermosa mujer (cfr. figura 11). De hecho, porlo menos dentro la cultura europea, aunque con sus diferenciaciones, la oposición naturaleza/cultura es homogénea con aquella de mujer/hombre, donde “mujer" y "naturaleza" son términos directamente correlacionados. Así, nos encontramos con muchas representaciones alegóricas, desde la época de Felipe II, donde a los pies del rey una mujer ofrece frutas y flores, símbolo de la abundancia y, por ende, de su identificación con la naturaleza.
Es el caso, por ejemplo de un dibujo del pintor Blas de Prado que muestra a Felipe III con la alegoría de las cuatro partes de mundo, mientras la mujer/ América, identificable, por las saetas que lleva en sus hombros, ofrece los frutos de la abundancia americana (cfr. García Saez, 1990, 424).
América como una mujer/naturaleza que se ofrece al hombre europeo. No se trata de una metáfora moderna, útil aquí para aclarar un proceso histórico cultural; al contrario, fue una imagen conscientemente utilizada para justificar la conquista y el saqueo de las riquezas americanas, un código para la percepción y construcción del Otro. Véase, para terminar, el siguiente texto de Sir Walter Raleigh de finales del siglo XVI:

“Para concluir diremos que guayana
es un país que todavía conserva su doncellez,
que no ha sido violada ni saqueada,
engañada o mancillada;
su tierra no ha sido rota ni desgarrada,
ni la virtud y gracia de su suelo ha sido gastada;
sus sepulcros no han sido violados para buscar oro;
sus minas no han sido rotas por las picas y barras,
ni las imágenes de sus templos han sido profanadas o robadas”

ILUSTRACIONES
Figura 1: Gigantes de la Patagonia (Sebalt de wert, 1600), (Sebastián 1990)


Figura 2: Indios Acusados de sodomía y castigados por Núñez de Balboa (De Bry, 1595), (Uslar Pietri, 1962)

Figura 3: El Dorado (De Bry, 1595), (Biblioteca Nacional, Caracas)
Figura 4: Traje de la Reina, (Vecellio, 1598; 497)
"La reina camina adelante con los cabellos sueltos, con muchos collares al cuello, en la espalda y en las piernas; se deleitan mucho pintándose, se cubren la espalda y las partes vergonzosas con hoyas de árboles; y en las orejas llevan huesos de peces" (Vecellio, 1598: 498)

Figura 5: Traje de los pajes (vecellio, 1598:499)
"Este paje es uno de los que, como dijimos arriba, camina delante del rey, con ese parasol hecho de plumas para resguardarlo del sol; van todos desnudos, se cubren las partes vergonzosas con algunas pieles; llevan colas que les cuelgan por atrás" (Vecellio, 1598: 500)

Figura 6: Indios tupinambá con trajes a la moda europea (D'Evreux, 1613)
(Ribero, 1990)
Figura 7: Escena de la vida cotidiana de los caníbales del Brasil (1505), (Lehner, 1966)
Figura 8
Figura 9: Indios del Perú que adoran al diablo (De Bry, 1594)
Figura 10: América (Grasset de saint Sauveur), (Gheerbrant, 1989: 39)

1 Sobre el tema de los gigantes americanos se volverá a hablar en el Setecientos, cuando sin más se encontrarán... sus huesos en la región de Puerto Viejo en el actual Ecuador (cfr. Archivo del Museo Naval, Madrid, Ms. 210). En 1767 el Abat FranÇois Gabriel Coyer publicará su "Carta al Doctor Maty, secretario de la Sociedad Real de Londres, sobre los gigantes de la Patagonia" (cfr. Coyer, 1984).
2 Resulta interesante anotar que Cieza de León intenta salvar a los Incas de este tipo de acusación, atribuyendo a ellos la destrucción de los gigantes sodomitas " y nunca se dice ni se relata que nadie de ellos [los incas] usaba el pecado supradicho, al contrario odiaban a los que lo usaban..." (Cieza de León. 1973: 98)
3 Sobre el tema de la represión de la homosexualidad en España durante el Antiguo Régimen, cfr Tomás y Valiente, 1990 35-55; y Carrasco, 1985.
4 La contraposición de género masculino/femenino -como correlato de la oposición comportamental cuidado de sí- descuido de sí puede ser rastreada a lo largo de toda la Edad Media (cfr. Jacquart y Thomasset, 1989) y no cabe duda que de ella participaron los primeros conquistadores españoles de América (cfr. Cardín, 1982). De esta manera, a un excesivo "cuidado de sí" correspondería en los varones una feminidad índice de condición o prácticas sexualmente no aceptadas para éstos. De aquí, la acusación de “sodomitas" a los indios americanos. Con el siglo XVII y buena parte del XVIII, este código terminará evolucionando en Europa, hasta producir la aceptación de una estética masculina feminizada, sin necesariamente generar la acusación de sodomía y la consecuente sanción moral (cfr. Martín Gaite, 1991).
5 Véase, por ejemplo la siguiente descripción de las mujeres y de sus prácticas sexuales elaborada por Américo Vespucio en su Carta a Pier Francesco de Medici de 1503: “Otra costumbre tienen tan atroz y fuera de toda credulidad humana: siendo sus mujeres lujuriosas, hacen hinchar los miembros de sus maridos de tal manera gruesa que parecen deformes y brutales, y esto con cierto artificio suyo y la mordedura de ciertos animales venenos; por esta causa muchos de ellos lo pierden y quedan eunucos. No tienen paños de lana ni de lino, ni aun de bombasí, porque nada de ello necesitan. No tienen bienes propios, sino que todas las cosas tienen en común. Viven juntos sin rey, sin autoridad, y cada uno es señor de sí mismo. Tienen tantas esposa como lo desean, y el hijo se acuesta con la madre, y el hermano con la hermana, y el primo con la prima, y el viandante con cualquiera que se encuentra. Cada vez que quieren deshacen los matrimonios y en estas cosas ninguno observa orden... Las mujeres, como ya te dije, aunque van desnudas y son lujuriosas, no tienen nada defectuoso en sus cuerpos hermosos y limpios, ni tampoco son tan feas como alguien podría tal vez suponer, porque, aunque sean abundantes en carne, no se evidencia fealdad, la cual en gran parte está disimulada por la buena complexión. Una cosa nos ha parecido milagrosa, que entre ellas ninguna se veía con los senos caídos; y las que habían parido en nada se diferenciaban de las vírgenes por la forma del vientre y estrechura, y en las otras partes del cuerpo, que por honestidad no menciono, parecían semejantes a éstas. Cuando con los cristianos podían unirse, llevadas por su mucha lujuria, todo su pudor contaminaban y prostituían” (en Amodio, 1992: 57).
6 Se hace aquí referencia particularmente a un texto de Catarino Politi: Disputacio... de culto et adoratione imaginum (Roma, 1552).
7 De cualquier manera, la represión de la costumbre de andar "desnudos" (por lo menos según la percepción europea) fue reprimida, directa e indirectamente, desde los primeros años de la conquista. Con ordenes reales, recogidos en la misma “Recopilación de las Leyes de los Reynos de las Indias", se indicaba a los funcionarios, militares y doctrineros la necesidad de "convencer" a los indios a andar "vestidos con más honestidad y decencias en sus personas» (lib. VI, tít. 1, ley XXI). Sobre este tema, cfr, Martín, 1972).
8 Aunque podería parecer poco fundata historicamente la comparación entre “comunión” cristiana con su ingestión simbólica del cuerpo de Cristo y "comunión" con el enemigo muerto en el caso de algunos pueblos indígenas del Caribe -ingestión no simbolica-, esta se impone ya que fueron los mismos misioneros cristianos a percebir la "equivalencia" entre ritos indígenas y ritos europeos, En este sentido, la "estirpación de idolatrías" fue producida también a causa de la semejanza detectada.
9 No hay que menospreciar el problema teológico producido por este tipo de caracterización: si los indios eran inocentes como Adán, entonces no habían pecado y, por consecuencia, no tenían necesidad de ser redimidos (es decir: convertirse a la versión histórica del cristianismo). Si así hubiera sido, se venta abajo una de las justificaciones más importantes de la conquista: la evangelización (es decir: vinimos para salvarlos...). Aparte de los debates entre Las Casas y Sepúlveda, la solución fue relativamente simple: aunque viviesen sin pecar, en cuanto hijos de Adán, los indígenas conllevan la mancha del pecado original del cual sólo Cristo redime. Por el otro lado, una vez que el código edénico pierde importancia, substituido por el de “adoradores del diablo", el problema ya no tenía sentido y la evangelización ya era un hecho dado por descontado.
BIBLIOGRAFIA
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