COLECCIÓN DE FUENTES PARA LA HISTORIA LATINOAMERICANA
Capitulaciones
de Santa Fe
Archivo de la Corona de Aragón. Libro
Registro de la Cancillería
aragonesa. Lib. 3569. ff. 135. V.-136 (Castellano Antiguo)
Las cosas suplicadas e que Vuestras Altezas
dan e otorgan a don Christoval de Colon, en alguna satisfacion de lo que ha
descubierto en las Mares Oceanas y del viage que agora, con el ayuda de Dios,
ha de fazer por ellas en servicio de Vuestras Altezas, son las que se
siguen:Primeramente que Vuestras Altezas como Señores que son de las dichas
Mares Oceanas fazen dende agora al dicho don Christoval Colon su almirante en
todas aquellas islas y tierras firmes que por su mano o industria se descubriran
o ganaran en las dichas Mares Oceanas para durante su vida, y después del
muerto, a sus herederos e successores de uno en otro perpetualmente con todas
aquellas preheminencias e prerrogativas pertenecientes al tal officio, e segund
que don Alfonso Enríquez, quondam, Almirante Mayor de Castilla, e los otros sus
predecessores en el dicho officio, lo tenían en sus districtos.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Otrosí que Vuestras Altezas fazen al dicho
don Christoval su Visorey e Governador General en todas las dichas tierras
firmes e yslas que como dicho es el descubriere o ganare en las dichas mares, e
que paral regimiento de cada huna e qualquiere dellas, faga el eleccion de tres
personas para cada oficio, e que Vuestras Altezas tomen y scojan uno el que mas
fuere su servicio, e assi seran mejor regidas las tierras que Nuestro Señor le
dexara fallar e ganar a servicio de Vuestras Altezas.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Item que de todas e qualesquiere
mercadurias, siquiere sean perlas, piedras preciosas, oro, plata, specieria, e
otras qualesquiere cosas e mercadurias de qualquiere specie, nombre e manera
que sean, que se compraren, trocaren, fallaren, ganaren e hovieren dentro en
los limites de dicho Almirantazgo, que dende agora Vuestras Altezas fazen
merced al dicho don Christoval e quieren que haya e lieve para si la dezena
parte de todo ello quitadas las costas todas que se fizieren en ello por manera
que de lo que quedare limpio e libre, haya e tome la dicha decima parte para si
mismo, e faga dello a su voluntad, quedando las otras nueve partes para
Vuestras Altezas.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Otrosí que si a causa de las mercadurias
quel trahera de las yslas y tierras, que assi como dicho es se ganaren o se
descubrieren o de las que en trueque de aquellas se tomaran, aqua de otros
mercadores naciere pleyto alguno en el logar don el dicho comercio e tracto se
terna y fara, que si por la preheminencia de su officio de almirante le
pertenecera conocer de tal pleyto plega a Vuestras Altezas que el o su teniente
e no otro juez conozcan de tal pleyto, e assi lo provean dende agora.
Plaze a Sus Altezas, si pertenece al dicho
officio de almirante segunt que lo tenía el dicho almirante don Alonso Enrique,
quondam, y los otros sus antecessores en sus districtos y siendo justo. Johan
de Coloma.
Item que en todos los navíos que se armaren
paral dicho tracto e negociacion, cada y quando, y quantas vezes se armaren,
que pueda el dicho don Christoval Colon si quisiere coniribuyr e pagar la
ochena parte de todo lo que se gastare en el armazon, e que tanbien haya e
lieve del provecho la ochena parte de lo que resultare de la tal armada.
Plaze a Sus Altezas. Johan de Coloma.
Son otorgadas e despachadas con las
respuestas de Vuestras Altezas en fin de cada hun capitulo, en la, villa de
Santa Fe de la Vega
de Granada a XVII de abril del año del Nacimiento de Nuestro Señor Mil
CCCCLXXXXII.
Yo el Rey. Yo la Reyna.
Por mandado del Rey e de la Reyna : Johan de Coloma.
Archivo de la Corona de Aragón. Libro
Registro de la Cancillería
aragonesa. Lib. 3569. ff. 135. V.-136
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Ordenanzas
de población, 1573
"Don Felipe (II), etc. A los Virreyes,
presidentes, audiencias y gobernadores de las nuestras Indias (…) Sabed que
para que los descubrimientos, nuevas poblaciones y pacificaciones (..) se hagan
con más facilidad y como conviene al servicio de Dios y nuestro, y bien de los
naturales, entre otras cosas hemos mandado hacer las ordenanzas siguientes.(…)
112. Habiendo hecho la elección del sitio
adonde se ha de hacer la población, que como está dicho ha de ser en lugares
levantados donde haya sanidad, fortaleza, fertilidad y copia [abundancia] de
tierras de labor y pasto, leña y madera, y materiales, aguas dulces, gente
natural, comodidad (…); siendo en costa, téngase consideración al puerto; (…)
si fuese posible, no tenga cerca de sí lagunas ni pantanos en que se críen
animales venenosos y corrupción de aires y aguas.
113. La plaza mayor, de donde se ha de
comenzar la población, siendo en costa de mar se debe hacer al desembarcadero
del puerto, y siendo en lugar mediterráneo en medio de la población; la plaza
sea en cuadro prolongada, que por lo menos tenga de largo una vez y media de su
ancho, porque este tamaño es el mejor para las fiestas de a caballo, y
cualesquier otras que se han de hacer.
115. De la plaza salgan cuatro calles
principales, una por medio de cada costado de la plaza y dos calles por cada
esquina de la plaza; las cuatro esquinas de la plaza miren a los cuatro vientos
principales: porque desta manera saliendo las calles de la plaza no estás
expuestas a los cuatro vientos principales que sería mucho inconveniente.
116. Toda la plaza a la redonda y las
cuatro calles principales que della salen tengan portales, porque son de mucha
comodidad para los tratantes que allí suelen concurrir. (…)
130. Señálese a la población ejido
(espacio) en tan competente cantidad, que aunque la población vaya en mucho
crecimiento, siempre quede bastante espacio adonde la gente se pueda salir a
recrear, y salir los ganados sin que hagan daño.
(Ordenanzas de población 1573. Tomado de:
Textos y documentos de la
América Hispánica (1492-1898). Selección y presentación de
Guillermo Céspedes del Castillo. P. 113. Vol. 13 de la H ª de España dirigida por Tuñón
de Lara. Ed. Labor. Barcelona 1986).
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La
colonización: ciudad y colonización
"139. Habiendo acabado de hazer la
población y edificios della, y no antes, el gobernador y pobladores, con mucha
diligencia y santo zelo, traten de traer de paz al gremio de la santa Iglesia,
y a nuestra obediencia, a todos los naturales de la provincia y sus comarcas,
por los mejores medios que supieren y entendieren, y por los siguientes.
140. Informarse de la diversidad de
naciones, y lenguas, y sectas y parcialidades de los naturales que hay en la
provincia, y de los señores a quien obedecen; y por vía de comercio y rescates,
traten amistad con ellos, mostrándoles mucho amor (…) y dándoles alguna cosa de
rescates a que ellos se aficionaren, y no mostrando cobdicia de sus cosas,
asiéntese amistad y alianza con los señores y principales que pareciere ser más
parte para la pacificación de la tierra (…).
Fecha en el bosque de Segovia, a trece de
julio de mil y quinientos y setenta y tres años."
(Tomado de: Textos y documentos de la América Hispánica
(1492-1898) . Selección y presentación de Guillermo Céspedes del Castillo. P.
113. Vol. 13 de la H ª
de España dirigida por Tuñón de Lara. Ed. Labor. Barcelona 1986)
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Colapso
demográfico
Trabajo
en las minas
"Todas estas gentes que se traían, que
fue mucha cantidad, llegados al Darién les echaban a las minas de oro, que
había en la tierra buenas, y como venían de tan luengo camino trabajados y
quebrantados de tan grandes cargas que traían, y la tierra era diferente de las
suya, y no sana, se morían todos." (1514-17)
(Pascual de Andagoya: Relación y
documentos. P. 87. Edición de Adrián Vázquez. Ed. Historia 16. Madrid. 1986)
Enfermedades
Viruela. "Como la
gente de Narváez salió a tierra, salió también un negro con viruelas, el cual
las pegó en la casa que lo tenían en Cempoala, y luego un indio a otro. Y como
eran muchos, y dormían y comían juntos, cundieron tanto en breve que por toda
aquella tierra anduvieron matando." (1520)
(Francisco López de Gómara. La conquista de
México. P. 226. Edición de José Luis de Rojas. Historia 16. Madrid. 1987)
Sarampión. "En esta
sazón vino una pestilencia de sarampión y les vino tan recia y tan cruel que,
creo, murió más de la cuarta parte de la gente de indios que había en toda la
tierra, la cual muy mucho nos ayudó para hacer la guerra y fue causa que mucho
más presto se acabase." (1520)
(BernardinoVázquez de Tapia. "Relación
de méritos y servicios …" en La conquista de Tenochtitlán. P. 148. Edición
de Germán Vázquez. Historia 16. Madrid 1988)
Peste. "En el año de
1545 hubo una pestilencia grandísima y universal donde, en toda esta Nueva
España, murió la mayor parte de la gente que en ella había. Yo me hallé en el
tiempo desta pestilencia en la ciudad de México, en la peste de Tlatilulco, y
enterré más de diez mil cuerpos. Y al cabo de la pestilencia me dio a mi la
enfermedad y estuve muy al cabo."
(Fray Bernardino de Sahagún. Historia
general de las cosas de Nueva España.)
Desgana
vital. Suicidios
"Acaeció algunas veces convidarse
muchos juntos a se matar, por no trabajar ni servir, y de cincuenta en
cincuenta, e más e menos juntos, se mataban con sendos tragos de este
zumo" (1535).
(Gonzalo Fernández de Oviedo. Sumario de la
natural historia de las Indias. Historia 16. Madrid. 1986)
"Cuando entramos en este valle de
Aburra fue tanto el aborrecimiento que nos tomaron los naturales dél, que ellos
y sus mujeres se ahorcaban de sus cabellos o de los maures (especie de fajas),
de los árboles, aullando con gemidos lastimeros dejaban allí los cuerpos y
abajaban las ánimas a los infiernos".
(Pedro Cieza de León. Crónica del Perú. P.
87. Ed. SARPE. Madrid. 1986)
"Los indios naturales estaban tan
porfiados en no querer tener amistad con los españoles, teniendo por pesado su
mando, que no quisieron sembrar ni cultivar las tierras, y se pasó por esta
causa mucha necesidad, y se murieron tantos que afirman que falta la mayor
parte de ellos. Después que se fueron los españoles de aquel sitio, los indios
serranos que estaban en lo alto del valle abajaron muchos dellos y dieron en
los tristes que habían quedado que estaban enfermos y muertos de hambre, de tal
manera, que en breve espacio mataron y comieron todos los más, por las cuales
causas todas aquellas naciones han quedado dellos tan pocos que casi no son
ningunos."
(Pedro Cieza de León. Crónica del Perú. P.
111. Ed. SARPE. Madrid. 1986)
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